Ciudad de México, 12 de octubre del 2024. La icónica Torre Latinoamericana se prepara para presentar Hot People From My Teens la propuesta de Tanamachi para Primavera/verano 2025, con el Palacio de Bellas Artes y el Edificio La Nacional complementando deliciosamente la nostálgica experiencia que ha sido el más reciente show de la marca dirigida por Toshi Tanamachi.

Tanamachi Primavera/verano 2025
Después de un rápido y concurrido recorrido en metro, incluyendo un transbordo en Chabacano, llegué al piso 14 de La Latino para disfrutar del proceso previo a la pasarela. Mi parte favorita de los desfiles es observar cómo poco a poco y trabajando en equipo, una historia o un personaje van tomando forma, y con una agrupación de sensacionales creativos como Aleida Gómez y Kariana Martínez en el maquillaje, Aldo EK en pelo, Zai Vega en uñas y Daniela Altamira en estilismo de moda, definitivamente era mi tipo de fiesta. Más tarde vendrían las palomas con tequila a confirmarlo.

Mientras en el backstage sonaba una canción que estoy casi segura era de Pxndx, la cabellera de una de las modelos recordaba a Roberta de RBD y sus planchados mechones con rojo. Otra modelo recibía el indiscutible toque de los dosmiles con un tatuaje de bigote en el dedo índice. Los mirreyes parecían haber salido de su obligada sesión de sábado de bronceado, y los emos esperaban los últimos detalles en su look con un Sony Ericsson w300i, o una cámara digital.




Así es como, casi sin sentirlo, cada uno de Tanamachi, me habían regresado a mi adolescencia: al obsesivo análisis de los pantalones a la cadera que Christina Aguilera vistió en Dirrty, a las mañanas en el salón de clases socializando alrededor de una plancha para el pelo, y a cuestionar si esta música happy punk es solo una fase.
Después del ensayo general pude confirmar el gran casting que estaba a punto de desfilar entre las nubes de uno de los puntos más extraordinarios del mundo: la esquina de Eje Central y Madero, antes la histórica Plateros, ahí donde se siente la adrenalina de la gran Ciudad de México.







La colección, en palabras de Tanamachi, quien recurrió a su archivo fotográfico personal para retomar siluetas a la cadera, capris, maxi cinturones y flecos planchados, se divide en tres personajes que definen el inicio de milenio en México: el mirrey, el emo y la niña fresa o lobuki. Incluye una sátira a lo símbolos de estatus de entonces, como fueron las playeras polo, y una celebración a la mexicanidad de aquellas tendencias que copiamos a estrellas internacionales del pop, o en series como Skins.















Los dosmiles, aquellos despreocupados días felices
En el mundo en el que estamos actualmente, entre guerras y cambio climático, sentimos que recordar nuestra adolescencia, esa última vez que sentimos esperanza, es necesario. Llegabas a tu casa a conectarte en Messenger, a ver Hi5; era como el principio de las redes sociales, y las interacciones entre las personas eran un poco diferentes.
Es algo nostálgico, es regresar a ese momento en que nos sentíamos más libres, creíamos que íbamos a cambiar al mundo, y creo que como está la situación, es necesario sentir ese confort otra vez
– Toshi Tanamachi

Mucho más allá de otro desfile de moda, Tanamachi nos hizo, esa tarde de sábado, parte de una experiencia de moda mexicana que deja de lado el aspiracionismo y se muestra auténtica y divertida. Representa, nos hace emocionarnos y nos afirma que la moda es pertenencia, memoria y refugio. Nos recuerda los días en que fuimos felices, y es entonces que puede convertirse en un catalizador para una vez más reconstruir nuestro futuro.