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Think
Panorama de la Moda pospandemia
30.06.2020
Por Diana Luna

La pandemia mundial por el virus Covid-19 nos ha puesto a prueba en diferentes niveles. La pérdida de 305 millones de empleos a nivel mundial, de acuerdo a cifras emitidas por la Organización Internacional del Trabajo (ILO), nos obligó a adaptarnos rápidamente a una forma de vida donde tenemos que ordenar nuestras prioridades en todo aspecto. Enfrentar esta emergencia sanitaria ha tenido repercusiones en la economía, evidenciando cuáles eran nuestras prioridades a la hora de consumir. ¿Por qué comprábamos lo que comprábamos?, ¿qué tan necesario es ahora?, ¿el mensaje de las marcas es claro?, ¿qué tan honesta y activa es su filosofía?

Sentemos las bases

La moda es una de las industrias que había permanecido en un urgente y continuo escrutinio sobre su acelerado ritmo y ética de producción, impacto ambiental y valores en escala local y mundial. Ahora el consumo se orientó al apoyo de economías locales, comenzamos a conocer negocios (de productos de primera necesidad como Jericoo, Huerto a Casa, Refillea, Ecoksa MX por mencionar algunas) que en su mayoría, al mantenerse en una pequeña escala, se basan en valores que se espera que las marcas representen hoy en día: ética y respeto por el ambiente, entre los principales, ¿qué está pasando con la Moda?

Reseteando la industria de la Moda

La manera en que compramos cambió y nos ha obligado a ser más selectivxs y pensar en la verdadera razón que nos motiva a querer algo. Es en este punto cuando la cercanía con lxs consumidorxs cobra una importancia vital en la supervivencia de las marcas de Moda. “Algunos consumidores, entrenados para esperar que las marcas compartan sus valores en todo aspecto desde sustentabilidad hasta derechos de sus empleados y justicia racial, han empezado a probar si esa solidaridad aplica a cómo operan las compañías. A menudo, ellos encuentran puntos de vista expresados en Instagram que no coinciden con la realidad dentro de las tiendas, fábricas y oficinas” afirma M.C. Nanda para Business of Fashion. 

Las marcas con discursos auténticos y productos de calidad son las que pudieron mantener a sus clientxs cerca, ejemplo de ello es Nike, que no sólo ha podido mantener su filosofía sino que muchas personas al adoptar el ejercicio en casa como parte de su rutina, se alinearon con el estilo de vida activo que esta marca ha promovido durante años. Tampoco le fue difícil consolidar durante esta crisis social y sanitaria incluso emitiendo mensajes de solidaridad y apoyo a luchas como Black Lives Matter

Mensajes confusos y falta de inclusión

Otras marcas y medios de comunicación no pudieron sostener su mensaje porque no estaban construidos en una filosofía fundamentada y tampoco se habían preocupado por mantenerse actualizados a las demandas de lxs consumidorxs. Ejemplo de ello es Vogue, uno de los medios de comunicación más representativos de la Moda, y las acusaciones de racismo que se han hecho en contra de su editora en jefe de la versión estadounidense, Anna Wintour.

Como resultado de esto, surgió el ‘Vogue Challenge’, una dinámica creada por Salma Noor que consiste en tomarse una fotografía que simulara ser una portada de Vogue. “Pienso que la industria de la moda no es lo suficientemente diversa aún. Necesitamos diferentes opiniones, orígenes, religiones, creencias, herencias y experiencias de vida para ser resaltadas”, aseguró Noor en una entrevista para CNN Style.

La pandemia ha fungido como un agente de cambio o reinvención para los discursos de Moda, dando oportunidad para cimentar un nuevo punto de partida e identidad para lograr una conexión con sus consumidorxs

Esta demanda de lxs consumidores por marcas y medios comprometidos con la sociedad es relativamente nuevo, como lo afirma M.C Nanda, “A medida que generaciones jóvenes pierden fe en el poder de instituciones políticas y sociales, las compañías llenan ese vacío”. De ahí en nivel de responsabilidad social que tienen para influir y cambiar una cultura de consumo inconsciente. El escenario ideal para la pospandemia se tratará de recuperar la economía, cuestionar todo, hablar sobre lo que no está bien y hacer mejores más inteligentes inversiones para nuestra vida. 

Vía @diet_prada

En el mundo de lujo, Gucci anunció cambios trascendentes como la reducción de 6 a 2 colecciones anuales. Esto demostró una rápida adaptación a las demandas de los consumidores y una postura inteligente que demuestra el compromiso y responsabilidad social que una marca debería tener en el año 2020. El escenario pospandémico puede plantearse desde dos puntos de análisis: el comportamiento de lxs consumidorxs y la reinvención de las marcas.

Nuevxs consumidorxs, nueva mentalidad 

La economía es cíclica y ahora nos encontramos en una recesión de la cual eventualmente (y a largo plazo) volverá a reconstruirse, de ahí la importancia de equilibrar nuestros gastos previniendo el futuro. Nuestra (re)conexión con la forma más elemental de vida hizo que comprar dejara de ser algo mecánico y se volviera más consciente sobre lo que realmente importa o representa una inversión.

El sector de Moda nacional también ha tenido oportunidad de analizarse y reafirmar sus los valores y mensajes que transmite. Medios de comunicación se han esforzado para apoyar a emprendimientos, como MEOW Magazine, Archivo Moda Mexicana y Coolhunter México, así como plataformas mexicanas como Go Trendier o Ciclo que se enfocan en una economía circular donde puedes adquirir y vender ropa, dándole una alternativa al consumo de Moda. 

En México, aún nos encontramos en emergencia sanitaria, lo que aún da la oportunidad de definir metas y prioridades en cualquier aspecto de la vida. Es importante no concentrarnos únicamente en lo negativo sino tomarnos el tiempo para enfocarnos en buscar las áreas para crecer personal y financieramente en el mundo ahora.

De vuelta a la dinámica de consumo

La manera en que experimentamos hoy en día las compras en línea también ha influido en los hábitos de consumo, donde los mensajes tienen que ser claros y transparentes con sus consumidorxs y enriquecer la experiencia de compra. El e-commerce ya tiene una ventaja y será protagonista aún después de esta pandemia a raíz de la experiencia con las ventas online a la que tuvimos que adaptarnos. Asimismo, la presencia en redes sociales jamás había sido tan fundamental para conectar auténticamente con lxs usuarixs: sus valores, demandas e incluso sumarse a luchas sociales por un cambio a mayor escala.

Las tiendas físicas, en cambio, tendrán impactos negativos debido a la capacidad y protocolos que tendrán que respetar en sus sucursales: el distanciamiento social limitará la asistencia de compradorxs hasta el momento en que exista una vacuna que erradique el virus Covid-19. Mientras tanto, el desconfinamiento mantendrá un estado latente de contagios y el sector de Moda lo seguirá resintiendo.

¿Y el fast fashion?

Sin embargo, el regreso paulatino de Francia a las actividades normales nos demostró una realidad muy diferente: durante el primer día de desconfinamiento largas filas de compradores esperaban con ansias la apertura de tiendas, una de ellas no fue otro que el gigante de la Moda rápida, Zara. Esto generó un debate en redes sociales, ¿refleja un futuro sin cambios? La realidad es que los cambios no pueden ser reales sin antes cambiar nosotrxs mismxs, de nuestro nivel de compromiso e interés sobre la problemática al rededor de la Moda rápida en este caso.  

La industria de la Moda no había estado tan incómoda como ahora y lxs consumidorxs no conocíamos el poder que realmente tenemos: “La lección aquí para todas las marcas es que no construimos nuestras vidas alrededor de ellas sino que ellas se construyen alrededor de nuestras vidas”, como afirma Doug Stephens para BoF

Una revolución para el futuro

Replantear los calendarios de la Moda, sus contenidos y productos en todo nivel nos llevó a enfocarnos en los motivos que nos llevaban a comprar ciertas marcas y consumir medios, identificando qué es lo que queremos y quiénes nos ayudan a reafirmar lo que somos, construyendo nuestra identidad basada en nuestros valores. Hoy en día no queremos quedarnos calladxs sino exigir lo que es justo, ético e inclusivo, a grandes rasgos, cosas que nos hagan avanzar como sociedad y no conformarnos con lo que se nos impone

De alguna manera, entendimos que la Moda ha cometido muchos errores que hasta antes de la pandemia no se visibilizaban con tanto ímpetu y depende de nosotrxs seguir apoyando un sistema que no funciona en ningún sentido o ser parte del cambio proponiendo soluciones, comenzando por evaluar nuestros hábitos de consumo.

El hecho de que la Moda haya sido evidenciada en sus prácticas discriminantes y clasistas así como cuestionada por los valores y posturas en las que miles de marcas y medios de comunicación habían sostenido hasta este momento deja abierto un futuro en donde pueden existir cambios tangibles, lo que significará que todxs optamos por una reinvención para una verdadera y urgente revolución.

Fuentes de consulta 

https://www.businessoffashion.com/articles/professional/corporate-activism-mission-driven-fashion-brands-corporate-culture

https://ilostat.ilo.org/topics/covid-19/

https://www.businessoffashion.com/articles/opinion/how-an-exodus-from-cities-will-reshape-retail