keyboard_arrow_left
close
keyboard_arrow_right
Think
Entre flores y almas, un enfoque diverso y profundo del Día de Muertos
03.11.2022
Por Redacción MEOW
Por Andrea Bonifaz en colaboración con NGO Impacto

A través de una reflexión amplia y plural sobre la ritualidad y la tradición que envuelve las festividades del mes de noviembre, nos acercamos de manera más profunda hacia la vinculación de la vida y la muerte que tanto fascina al resto del mundo.

Quienes observan a un México culturalmente diverso celebrar el tránsito de las almas por el inframundo, a veces llamado Mictlán por las culturas prehispánicas del centro del país, otras veces Mitlán por los mayas, algo siempre coincide: el alma se desprende del cuerpo físico para habitar otras realidades y otros espacios que nuestra terrenalidad no alcanza a comprender. Sin embargo, el 1 y 2 de noviembre tenemos una cita permitida con quienes, en el mundo de lxs vivxs, les tienen aún presentes en el recuerdo que se regocija con las visitas del más allá entre flores, frutas, velas y papel de colores. 

La vida y la muerte desde el caleidoscopio

El Día de Muertos nos muestra el sincretismo que resulta de largos procesos culturales. Según datos de la Secretaría de Cultura cerca de 40 grupos indígenas sostienen rituales asociados con esta celebración. De ahí la importancia de plantear una revisión de la diversidad de enfoques que contribuyen al análisis y al conocimiento de esta festividad y que son parte de un mosaico representativo de la presencia de esta celebración en diferentes puntos del país.

El Día de Muertos aterriza en la pluriculturalidad del México profundo, ese que le pertenece a los pueblos originarios y es un punto de inflexión sobre la percepción del mismo, en donde se busca promover una visión alejada de la exotización y de las ideas del cómo sabe, huele o se siente México, para dar paso al reconocimiento de la ancestralidad implícita en una celebración que fascina a propixs y extrañxs. 

Los textiles mexicanos no son un disfraz

Las culturas desarrollan una visión sobre la muerte que determina las nociones y cosmogonías que acompañan el sentido que se le da a la misma. En esta diversidad de visiones, las culturas de los pueblos originarios celebran el reencuentro con sus muertxs a la par que su ritualidad y tradición forma parte de su patrimonio cultural vivo y de aquello que les brinda identidad. Nuestra responsabilidad entonces, es la de celebrar junto a ellas, las culturas originarias, desde una posición de respeto y reconocimiento.

Lo anterior incluye no valernos de la falsa representación de la mexicanidad para usar, por ejemplo, textiles tradicionales a modo de disfraz. Por el contrario, se invita a vivir el Día de Muertos como el resultado de la unión y la evolución natural de la cultura en el territorio mexicano que celebra con comida abundante y flores de cempasúchil a la muerte, esa que es la única certeza de la vida.

Fotografías tomadas en San Juan Chamula y Zinacantán, Xhiapas. Cortesía de NGO Impacto