Hace tres años hicimos un festival de música por el motivo de nuestro tercer aniversario. Tocaron muchas bandas locales y emergentes, entre ellas fue Linda Tan, música que en ese entonces tocaba con la banda Buried Under Stars. Linda decidió aventarse un show con Óscar Monroy (de la banda Loiis) como parte del lineup y su set fue una delicia musical empezada la tarde. Hoy y desde ese día, Linda y Óscar empezaron a clavarse mucho más en su música y a encontrar nuevas maneras de expresarla. En el 2018, Sebastián Palacio se unió al proyecto en la batería y desde entonces el trío de indie rock se concibe como La Buena Banda Isabel.
Y para celebrar aún más, hoy lanzan su primer sencillo Jakob, el cual tuvo una historia que va más o menos así.
También platiqué con Linda, guitarrista y vocal de LBBI sobre toda esta aventura de lanzarte por tus sueños en plena pandemia.
Olivia: Cuéntanos un poco de cómo fue formándose este proyecto:
Linda de LBBI: En 2016 me invitaron a tocar en la fiesta por el tercer aniversario de Meow Magazine. En ese entonces había escrito una canción que sólo llevaba dos guitarras y voz, se llama Instead of Writing Songs y será el siguiente lanzamiento de La Buena Banda Isabel, después de Jakob. Para tocar esa canción invité a Gabriel Benavente Benitez a presentarse conmigo, su música me fascina. Para el resto del setlist, escogí varios covers (The Men, Nana Grizol, Hüsker Dü, etc.), creí que lo mejor sería ensamblarlos con amigos e invité a Óscar Monroy y a César Ortiz a que tocaran conmigo. Con César ya había tocado en Buried Under Stars, pero con Óscar no había tocado antes. A raíz de esa presentación Óscar y yo empezamos a hacer música juntos (la primera versión de Jakob es de 2016). A pesar de que dos semestres estuvimos viviendo en países distintos, decidimos dar seguimiento al proyecto. En 2018 se incorporó Sebastián Palacio y desde entonces tocamos en vivo y preparamos nuestros primeros lanzamientos. Estamos infinitamente agradecidos con todas las personas que nos han acompañado en la formación del proyecto.
O: ¿Cómo ha sido lanzar un proyecto musical en este tiempo raro que vivimos?
L: Al principio fue desconcertante tener que cancelar nuestros planes de presentarnos en vivo y fue muy complicado continuar vía remota con la mezcla y máster de nuestro material, pero decidimos seguir trabajando en el proyecto adaptándonos a las circunstancias. Grabamos una versión casera de Jakob, a distancia, acompañada de un video en formato vertical para IGTV, editado por Óscar. Nos sorprendió muchísimo la respuesta que tuvo dentro de las primeras veinticuatro horas.
O: ¿Qué buscan transmitir o manifestar en quienes los escuchan?
L: Platicando entre nosotros nos dimos cuenta de que buscamos transmitir la inspiración y energía que a nosotros mismos nos mueve de la música que más nos gusta. ¿Quién no ha pasado por esa diversión de escuchar una canción por semanas y descubrir que otras canciones del mismo artista también son buenas, tal vez incluso disfrutar de sus sesiones y conciertos en vivo o alguna entrevista? Nos gusta ver el equipo que usan y escuchar atentamente ciertos detalles memorables en la producción o en la música, como riffs, melodías y remates. Sebastián dice que esto le pasa en particular con los buenos finales. A nosotros nos fascina ensayar finales distintos en nuestras canciones. De igual manera, nos encanta que, aunque tenemos gustos en común, cada integrante de la banda tiene sus propias influencias e inquietudes, y en este proyecto nos juntamos a crear algo a partir de eso con un mismo lenguaje. Queremos encontrar nuestra propia voz y crear algo en la gente.
O: ¿Cuáles son sus próximos planes cercanos?
L: Planeamos lanzar el video musical de Jakob y otras dos canciones que grabamos. Además, estamos trabajando en un EP que comenzaremos a grabar en agosto.
O: Cuéntanos más de esta nueva canción:
L: Los tres nombres que aparecen a lo largo la canción son un pretexto para hablar del contexto en el que surgió la idea, cuando me di cuenta, en primer semestre de la licenciatura, de que no iba a ser tan buena en matemáticas como creí que sería, sin un esfuerzo considerable. El final de la canción surgió en un mal día, dándole vueltas al círculo de acordes del coro y cantando lo que se me iba ocurriendo, así escuché cosas que yo misma me decía y no me había dado cuenta. Óscar hizo un bajo melodioso y Sebastián una batería relajada pero pegajosa. Mi amigo Gustavo dice que el solo es demasiado largo, pero a mí me gusta así.
Fotografías cortesía de LBBI