Si la nostalgia aún no te pega con tanto remake de películas, series, caricaturas, consolas o videojuegos este es el mejor momento del año para desempolvar algunos discos del estante de la sala o del baúl de tu cuarto y recordar cómo era tu vida hace 20 años, cuando los Walkman, los tamagotchis, Napster y messenger de hotmail dominaban el mundo.
Y si aún no habías nacido, es una excelente oportunidad para conocer algunas de las mejores bandas y artistas de finales del siglo XX, con estos 10 discos básicos que hace dos décadas se convirtieron en lo más escuchado del planeta.
Blur – 13 (15 Marzo 1999)
Tras la ruptura con Justine Frischmann, vocalista de Elastica, Damon Albarn entró en un espiral descendente de drogas y alcohol mientras la banda londinense grababa su próximo material en uno de los lugares más fríos y solitarios del mundo: Islandia, causando incomodidad y tensiones entre los otros miembros de la banda, quienes frecuentemente se quejaban de la “inexplicable” ausencia de Damon en el estudio de grabación. El disco en su totalidad mantiene un ambiente sombrío y lúgubre que la banda no había explorado en trabajos previos; muy alejado del britpop que los caracterizaba y más enfocado en la experimentación sonora generada por sintetizadores y pedales de distorsión, ‘13’ se convirtió en un clásico instantáneo a principios del 99. Un disco doloroso que, irónicamente, hizo feliz a millones de personas.
Las rolas: Caramel, Coffe & Tv, Tender, No distance left to run, B.L.U.R.E.M.I. y Bugman.
Fiona Apple – When The Pawn… (9 noviembre 1999)
Uno de los trabajos más hermosos y completos de la década de los 90’s, con una madurez y una pasión musical enorme en comparación con ‘Tidal’, su primer álbum. ‘When the pawn…’ se trató de una producción perfecta a cargo de Jon Brion, en donde Fiona demostró que no se necesita ser Courtney Love y/o tocar la guitarra de forma estridente para ser rebelde, llamar la atención del público y convertirse en un referente del feminismo norteamericano. El título completo del disco tiene 444 caracteres y ocupa prácticamente toda la portada del disco, pues se trata de un poema que Apple escribió como réplica a algunos lectores de la revista SPIN que renegaban de su talento y de sus declaraciones sobre el machismo y la misoginia dentro de la industria musical y artística.
Las rolas: Fast as you can, Paper Bag, Limp, A Mistake, On the bound y Across the Universe.
The Chemical Brothers – Surrender (22 junio 1999)
Uno de los grupos pilares del big beat, llegó al punto máximo de su carrera gracias a una obra maestra que combinaba el house de principios de los 90’s con el techno y tintes de trip-hop, además de tener la presencia de Noel Gallagher, Bernard Summer, Hope Sandoval y Jonathan Donahue entre algunas de sus canciones, además de un sencillo que hasta hoy sigue siendo una de las mejores canciones de música electrónica de la historia: Hey boy, Hey Girl. Dicho álbum ganaría en los Brit Awards el premio a mejor álbum británico que les daría el reconocimiento internacional y junto a Fatboy Slim, The Prodigy y The Crystal Method terminarían momentáneamente con la supremacía francesa en la música electrónica.
Las rolas: Out of Control, Let forever be, Under the influence, Asleep from day y, obviamente, Hey boy Hey Girl.
Stereophonics – Performance and Cocktails (8 marzo 1999)
Un banda que nunca encajó del todo en la escena del britpop, pero tampoco se encontraba tan alejada del sonido que dominó las listas por más de 4 años y prueba de ello es este disco, segundo en su carrera, que combina algunas power ballads con el poderoso rugido de guitarras al estilo de The Kinks, acompañadas por la inconfundible voz de Kelly Jones, que es capaz de llegar a notas tan altas como su ego, para luego hacernos brincar y hacer headbanging con sus gritos desgarradores, imposibles de imitar. Un disco que encuentra su grandeza en la simpleza de sus tres elementos: batería, bajo y guitarra con mucha actitud.
Las rolas: Just Looking, Hurry up and wait, The bartender and the thief, I wouldn’t believe your radio y She takes her clothes off.
Dido – No Angel (1 junio 1999)
De la mano de Basement Jaxx, algunas sombras matizadas de Trip-Hop y una impecable producción a cargo de su hermano Rollo, Florian Cloud de Bounevialle O’Malley Armstrong, mejor conocida como Dido, irrumpió en 1999 con una gran propuesta de pop que se alejaba por completo de la fórmula comercial de las boybands y de las figuras emblemáticas como Britney Spears y Christina Aguilera. De una forma sutil y efectiva, Dido llegó a las listas de popularidad de todo el mundo gracias al talento y a la sinceridad reflejada en todas y cada una de las canciones de ‘No Angel’. Una verdadera bofetada al pop-desechable que podrá encumbrar artistas en cuestión de días, pero nunca les dará trascendencia, algo que Dido tiene al por mayor y que continúa creciendo hoy en día. Sin embargo, su disco debut es una joya atemporal e insuperable incluso para ella misma y, a 20 años de distancia, se consolida como una de las mejores compositoras del nuevo siglo.
Las rolas: Hunter, Here with me, My life, Don’t think of me, Isobel, Thank you y All you want.
Red Hot Chili Peppers – Californication (8 junio 1999)
Después del triunfal regreso de John Frusciante a la banda, luego de varios años de rehabilitación, los RHCP comandados por Anthony Kiedis regresaban a su alineación original para crear el séptimo disco de estudio de la banda y, sin pensarlo, entregaron el mejor disco de su carrera. En un año en el que el Nü Metal comenzaba a ganar adeptos, los RHCP le dieron al moribundo mundo del rock un tanque de oxígeno enorme que serviría para salvar su carrera y de paso llenar de vitalidad a un género que se encontraba a un paso del cementerio. Tal fue el éxito de este disco, que existe una serie del mismo nombre protagonizada por David Duchovny, en donde la muerte, el esoterismo, el sexo, el suicidio, la globalización y los viajes espirituales son el pan de cada día para el protagonista, al igual que las canciones del disco.
Las rolas: Scar Tissue, Road Trippin’, This Velvet Globe, Californication, Around the world, Parallel Universe y Porcelain.
EMINEM – Slim Shady LP (23 febrero 1999)
Tenía que haber algo de irreverencia en esta lista y que mejor que el chico blanco de Detriot que siempre quiso rappear como los grandes… ¡y lo logró!, no sin antes callar algunas bocas de la escena hip-hopera de West Coast y demostrarle al mundo que no era otro Vanilla Ice. Gracias al apoyo de Dr. Dre, quién lo descubrió después de escuchar el ‘Slim Shady EP’, por recomendación de Jimmy Lovine, decidió integrarlo a las filas de Insterscope Records, para contar la historia de Slim Shady, una especie de alter-ego irreverente y violento que podía burlarse de su madre, de su esposa, otros raperos, la industria, el gobierno y de él mismo de forma magistral. El resto es historia: escándalos, peleas, declaraciones muy desafortunadas, más peleas y ventas millonarias de sus discos marcarían su legado en la escena rappera. ¿El mundo estaba preparado para Eminem? Probablemente no, pero eso a Marshall Mathers poco le importó.
Las rolas: My name is, If I had, I’m Shady, Guilty conscience, My fault y Just don’t give a fuck.
Chris Cornell – Euphoria Morning (21 septiembre 1999)
Resulta doloroso hablar de un gran músico que ya no está con nosotros desde hace dos años, pero que dejó un legado inmenso e invaluable para la música alternativa. Después de su paso por Temple of the Dog y Soundgarden (y previo a Audioslave), Chris Cornell entregaría su primer álbum de estudio con el que reafirmaría su valía como compositor. Lleno de pequeñas referencias al folk y al rock psicodélico de los 60’s, Cornell impregnaría de solemnidad y melancolía todas y cada una de las canciones, conectándolas con pequeñas partes de su alma a través de su voz y reflejando desde ese entonces su amarga visión de la vida. Este disco le ganaría una nominación al Grammy en el año 2000 por mejor interpretación de rock. Es un lástima que se haya perdido una bella alma tan rápido.
Las rolas: Can’t change me, Sunshower, When i’m down, Flutter Girl y Sweet Euphoria.
Sigur Rós – Ágætis Byrjun (12 junio 1999)
Justo cuando todos pensábamos que no podía surgir algo novedoso como en su momento lo fue el shoegaze, surge el disco debut de Sigur Rós para recordarnos que siempre hay alguien que levanta la mano para marcar la diferencia y hacer algo tan original y conmovedor como este disco, que no solo fue algo imposible de clasificar, sino de cantar. Su vocalista Jónsi creo un lenguaje propio basado en el islandés llamado Hopelandic (idioma de la esperanza) que está íntimamente ligado a la sonoridad de la banda, es decir, que de acuerdo a la intensidad o emotividad de la melodía, los falsettos de Jónsi van cambiando hasta acoplarse de forma natural al sonido, por lo que no existe una letra específica para ninguna de sus canciones.
Algunos llaman a Sigur Rós Avant-Rock, otros Post-Rock minimalista y otros simplemente los denominan como Ambient, pero aunque sea difícil tratar de explicar las atmósferas creadas por la banda, hay algo en lo que todos los críticos concuerdan: La delicadeza y la sensibilidad de sus composiciones son capaces de llegar al alma y erizarte la piel en cuestión de minutos. Este disco es simplemente libertad poética.
Las rolas: Svefn-g-englar, Ágætis byrjun, Ný batterí, Starálfur y Olsen Olsen.
Travis – The Man Who (24 mayo 1999)
Cuando todo el mundo pensó que el britpop ya estaba muerto, los cuatro chicos de Escocia que ya nadie recordaba, lanzaron su segunda placa de forma independiente para dejar en claro que el subgénero aún tenía mucho que dar, y aunque para ese entonces los críticos especializados lo llamaban post-britpop, la influencia de Oasis, Blur y Supergrass se notaba a kilómetros de distancia; incluso las frases “radio keeps playing all the usual and what’s a wonderwall anyway?” y “there is no wonderwall to climb or step aound” hacen una obvia referencia a la canción de los hermanos Gallagher al principio y al final del disco, y aun así Travis logró encontrar su propio estilo y esencia de forma magistral gracias a la producción y mezcla de Nigel Godrich, quién vio en Fran Healy mayor potencial dentro de sus pegajosas y angelicales baladas apegadas al folk y al blues, que en aquellos cortes con guitarrazos y gritos que se sentían un poco forzados en su primer disco.
Para muchos éste fue el verdadero nacimiento de la banda, un álbum mucho más fuerte y consolidado en donde Fran por momentos suena a un Thom Yorke no tan oscuro, un poco más estable. Las 10 canciones (incluyendo los 2 hidden tracks) suenan elegantes y muy poderosos, como una tarde nublada de domingo que se refleja perfectamente en la portada de The Man Who.
Las rolas: Driftwood, Turn, Writing to reach you, Why does it always rain on me, Luv y el hidden track Blue flashing light.
Todos estos discos los encuentras en las plataformas de streaming online, por lo que no hay pretexto para no escucharlos otra vez o descubrirlos y agregarlos a tus playlists, descargarlos (legalmente) o si eres todo un nostálgico, comprarlos en físico.
@littleremy