Sentirnos mal con nuestros cuerpos es algo tan internalizado que lo sentimos como normal y hasta tenemos mil formas de justificar porqué es nuestra culpa. Por eso me propuse a explicar algunas cosas para poder comprender algunos de los contextos que se encargan de hacernos sentir esas cosas. Desde la estandarización de cuerpos hasta la poca representación de los mismos, nos enfrentamos a varios patrones obsoletos que urge romper y cuestionar.
Gordx como insulto
Gorda/o es una palabra usada muchísimo como algo despectivo, cuando en realidad es (o debería ser) una mera descripción. Claro que no se siente así cuando te la dicen, porque desde chicxs nos advierten que no nos ‘pongamos gordxs’ como sinónimo de una persona fea. Estas afirmaciones nos las hacen o hicieron sin ningún sustento, más que por el miedo y rechazo a aquello que no entra en la norma.
Todos hablan y opinan como si tuvieran datos científicos o médicos al respecto, hay una medicalización del discurso sobre los cuerpos que deviene en juicio moral, es decir que quienes entran en los parámetros considerados buenos o saludables, son lo normal, lo bueno y lo bello, y todo lo que no entra es enfermo, malo y feo.
Índice de Masa Corporal
O como le dice la activista y escritora Lux Moreno índice de maldad culposa, es una cifra que te hacen los nutricionistas en tu primera consulta. La fórmula es la siguiente: divides tu peso (expresado en kilogramos) por tu altura (expresada en metros) al cuadrado. Pero hay muchas cosas mal con esta cuenta, empezando por que es una expresión matemática como si las personas pudieran ser estandarizadas. Es una fórmula que no toma en cuenta la geografía y la cultura de las personas a la que se les aplica, por ejemplo.
Lux Moreno en su libro Gorda Vanidosa, explica qué ésta fórmula la hizo Alphonse Quetelet en 1835 (si, leyeron bien… en el mil ochocientos) y venía con una tabla que indica cuál es el peso ideal de acuerdo a la altura de la persona. En los 90 La OMS declara la guerra contra la obesidad (que devino en políticas de restricciones al acceso a la salud) y, por presión de las industrias farmacéuticas, bajan el número del peso ideal haciendo que (casi que de un día para el otro) la mitad de la población mundial este excedida de peso.
Esa tabla y esos números siguen estando vigentes hoy en día y es utilizada en todo el mundo sin distinguir geografía, cultura o alimentación. Y es importante entender que esos tres factores hacen al tipo de cuerpos que hay en una parte del mundo u otra, sin embargo, los parámetros son europeos y súper obsoletos. Porque, creer que las realidades de las sociedades y culturas no cambian con el tiempo es, perdón por mi francés, estúpido.

Más tallas, ¿más inclusión?
Los cuerpos gordos siempre fueron excluidos de las cosas, la moda no es la excepción. Y aunque se crea que es algo secundario, la ropa que usamos dice quiénes somos y si no encontramos qué ponernos, ¿cómo vamos a poder ser?
En los últimos años el público empezó a pedirle a las marcas que sean más inclusivas, y proliferaron aquellas que hacen tallas grandes o que ampliaron su tabla de tallas. Christian Acquista, experto en tendencias de WGSN me dijo que, “Efectivamente, las marcas están reestructurando sus sistemas de tallas y no lo están tomando como una tendencia pasajera, ya que estamos viviendo en una sociedad más susceptible y el concepto de tallas inclusivas se está expandiendo gracias al movimiento de neutralidad corporal. Por este motivo, desde marcas de gran renombre hasta marcas alternativas están trabajando por estos nuevos sistemas de tallas que se adapten a los cambios de peso, cambios por embarazo y también a la ropa de género fluido. Recordemos que todo cambio conlleva un proceso, por lo cual veremos estos cambios reflejados conforme a los procesos internos y posibilidades de cada marca”.

La ley de talles
En Argentina, hace muy poco se aprobó la ley de talles que implica que en todo el país habrá un Sistema Único Normalizado de Talles de Indumentaria (SUNITI). Éste se va a hacer en base a un estudio antropométrico que está desarrollando el Instituto Nacional de Tecnología (INTI) de los cuerpos argentinos. Este estudio se hace con una máquina que escanea a las personas y les toma la medida y la forma. Se realizó en todo el país para poder tener una mejor idea de cómo son los cuerpos argentinos.
Corina Lagos, o más conocida por su perfil de Instagram @gordainsurrecta, que es activista, modelo y tiene su propia marca de ropa opina que esta ley es “muy necesaria para poder habitar nuestros cuerpos, sobre todo vistiéndonos y más para personas con sobrepeso. También porque actualmente no existe una métrica que mida los cuerpos de todo el país, es algo que en muchos países se hizo y en Argentina nunca se había hecho, por eso es una ley que estábamos esperando y que necesitamos para poder vestirnos. Algo que hacemos cotidianamente y para algunas personas es imposible o tenemos que ir a lugares específicos o usar algo que no nos representa. Y, además, este estudio va ayudar a que las marcas independientes puedan acceder a estos datos y así dejar de usarnos a nosotras mismas de modelo para hacer la ropa”.
En México
Como yo me encuentro al sur del continente decidí consultarle a Edna Pedraza, estilista y colega de esta bella revista, sobre su opinión al respecto de las tallas en México. “Desde mi punto de vista, aquí es donde el avance ha sido más lento. Y bueno, entiendo que puede ser complejo. Yo no diseño ropa pero mi trabajo principalmente es vestir gente, así que tanto por experiencias laborales como personales, cuestiono mucho lo que son las tallas. Hago muchas pruebas de vestuario donde encuentro las prendas que le quedan mejor a quien visto y eso muchísimas veces no corresponde a la talla que se supone. De hecho, como estilista uno de mis consejos es que hay que probarse la ropa, y me llama la atención que a mucha gente le da terror salirse del número que se supone le corresponde“, comparte.
Si bien México responde a uno de los países con más sobrepeso en el continente, las tallas de ropa continúan en su estandarización europea, siendo las franquicias de fast fashion del viejo continente las predilectas del mercado mexicano de moda. Sin embargo, marcas como C&A han abierto realmente una oportunidad para cuerpos más grandes no solo creciendo sus prendas sino diseñándolas específicamente para ellos.
Por otro lado, el diseño independiente prevalece en la aspiración estándar de las tallas, no obstante, firmas como What About Me son ejemplos de moda que no responde a la normatividad de los cuerpos y le habla a aquellos que habían sido relegados o ‘no adecuados’ para las tendencias de moda. Pedraza afirma que, “de la misma manera las marcas parecen limitarse a esta pretensión del cuerpo estándar, que especialmente en México no entiendo muy bien cuál podría ser porque hay una variedad infinita de los mismos”.

La representación en los medios
Personalmente estoy convencida de que las ideas sobre qué es lo bello entra por los ojos y más últimamente que vivimos en un mundo audiovisual. ¿Nunca les pasó que le ven, por ejemplo, unos zapatos a alguien en redes y no les gusta pero al poco tiempo ven que todos los están usando y “de repente” les empiezan a gustar? Bueno, eso mismo pasa con la percepción que tenemos sobre nuestros cuerpos. Si lo único que vemos en redes son personas con una belleza hegemónica, eso es lo que vamos a considerar como bello y válido.
Pero tenés que saber que, spoiler alert, la hegemonía es casi imposible de alcanzar, porque todo el tiempo están cambiando los estándares. En los años 90, el tipo de cuerpo al que había que aspirar era alto, con pocas curvas y sin busto como Kate Moss. O, al contrario, con curvas y mucha lola como Pamela Anderson. Por supuesto siempre rubia y blanca. Hoy en día el tipo de cuerpo ideal es el de Kim Kardashian: trasero grande, cintura de avispa y pelo negro. Y, probablemente, en un par de años el tipo de cuerpo ideal sea otro.
Por eso es importante que empiecen a verse cada vez más tipos de cuerpo en las campañas de las marcas de ropa, para que una persona gorda pueda ver la imagen y piense “esa persona se parece a mí y se ve hermosa, yo puedo verme así también”. Edna Pedraza sobre este tema me comenta que, “sobre todo para los medios independientes – que también es donde hay más libertad – es muy importante esta representación porque entendemos y creemos tanto en la importancia de visibilizar la diversidad, como la de generar contenidos que conecten con audiencias que están al tanto de tendencias globales y las personajes que son parte también de este movimiento“.
Y todavía sucede que “es difícil encontrar en los showroom prendas para editoriales de talla grande, a veces ni siquiera tallas medianas y eso claramente puede ser desalentador al momento de realizar por ejemplo una sesión de fotos”. Pero como dijo en su Instagram la activista y modelo argentina Brenda Mato, lo que no se nombra o se muestra no existe, entonces si seguimos negando la posibilidad de existir en la diversidad corporal, estamos negando la existencia de muchísimas personas.
Una pequeña ayuda
Desde chica me vienen diciendo que la que está mal soy yo, que soy vaga y que mis problemas de salud son por mi gordura, pero año tras año los estudios médicos me dan bien, entonces no termino de entender qué es lo que está mal. Y no digo esto para hacerme la empoderada y decir que me acepto e incentivarlas a que se sientan igual. Porque el camino de la aceptación corporal es largo y no nos enseñaron a ser empáticas, ni amorosas ni amables con nosotras mismas.
En nosotrxs está el generar redes para acompañarnos en el proceso, compartir herramientas que nos ayuden a sentirnos un poco menos mal por existir y así poder crear un mundo más abierto a las heterogeneidades de los cuerpos. Es un proceso que no va a pasar de un día para el otro, pero así como el feminismo llegó para incomodar y para generar cambios profundos, el activismo por la diversidad corporal también.
Investigación y artículo por Aida Raddi Corbari
Fotografías por Robert Hund