En diálogo mutuo entre dos formas de expresión artística: performance y fotografía; Yvonne Venegas ha desarrollado su proyecto más reciente. Después de varios años de investigación y creación, la búsqueda de formas indeterminadas se ha materializado en “El lápiz de la naturaleza“.
La acompañamos durante la presentación de su libro en el Museo experimental El Eco y esto fue lo que nos contó.
Desde el título (que originalmente “pertenece” a un volumen de Henry William Fox Talbot), Yvonne se apropia de elementos dados, para después cuestionarlos y re interpretarlos: la pose, el género y la identidad son elementos que se abordan desde una perspectiva liminal y fronteriza.

Pero, ¿Cómo se gesta una obra tan compleja que transita entre formas indeterminadas?
Normalmente algo sucede que me despierta la curiosidad entonces me voy por ese camino. Suceden una serie de eventos que no te imaginas que van a suceder: una invitación, una curiosidad que se transforma en una investigación y comienzo a juntar imágenes. Este proyecto fue muy particular porque nunca había pasado tanto tiempo en el internet haciendo investigación. Descubrí a fotógrafos que no conocía a través de estar viendo fotos en google por ejemplo. La intuición que yo sentía todo el tiempo era que quería hablar de fotografía, pero al mismo tiempo hablar de performance. Esto es la combinación de ambas cosas.
Yvonne Venegas
La fluidez de la obra
De esta combinación resulta una forma de simbiosis: fotografía y performance se necesitan mutuamente en esta obra. Partiendo de su propia identidad y contextos culturales Yvonne realiza una composición visual y conceptual que transita entre la ambigüedad de los espacios físicos y simbólicos, así como la fluidez del género “masculino-femenino” (ahora yo me permito robar un título de Godard).
Para lo primero se sirve del concepto de no-lugar propuesto por Augé y lo desmarca del ámbito académico. Para lo segundo cuestiona la mirada masculina y la reinterpreta a través de autorretratos y de construir imágenes de actrices que ensayan distintas poses ante su lente. Porque la pose y la fotografía son eso: construcciones. “¿Por qué volver a la pose?” le preguntan a Yvonne durante la presentación performática del libro, “Porque la pose es de la fotografía”, responde ella.

Crear desde la identidad fronteriza
Como sabes soy de Tijuana. Crecí en este mundo donde se vive de un lado y de otro constantemente. La fluidez para mí ha sido cultural. En este proyecto encontré que se puede hablar de fluidez en otros aspectos como en el género o la identidad. Siendo gemela y en esta etapa de mi vida, también era una cuestión de tomar, absorber; hacer el ejercicio me ayudó a sentir que aprendía. Al final de eso trata, de aprender de todos los procesos.

En el ser fronteriza también hay algo de lo indeterminado. En Tijuana no somos ni mexicanos ni americanos, somos fronterizos y ese es un no lugar. De alguna forma tratar de buscar un no lugar, para mí es buscar la ambigüedad que es algo que vengo investigando desde el principio de mi práctica.
agregó la artista a nuestra entrevista exclusiva para MEOW Magazine.
El lápiz de la naturaleza
Nuestro encuentro con Yvonne nos ha generado una serie de reflexiones en torno al arte; lo flexible de los conceptos y lo que consideramos dado. La fotografía se convierte en una herramienta para cuestionar y transformar lo que considerado fijo y verdadero.
Ella misma nos comparte uno de los consejos que más le ha servido durante su trayectoria:
“Busquen su voz, eso es lo más importante. No se dejen llevar por modas o por likes o por cosas que no vienen desde adentro. No hay nadie que piense como tú, creo que lo más importante es enfocarse, escucharse a una misma e ir haciendo la búsqueda hacia fuera”.
“El lápiz de la naturaleza” fue editado por RM y ya está disponible en librerías.
Cuéntanos si conocías el trabajo de esta artista, ¿qué te parece su propuesta? Te invitamos a seguirla y nos leemos en redes sociales.
Fotografías cortesía de la artista