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Culture
Morras y Vinilos: la revolución será bailable o no será
24.05.2025
Por Diana Rosalia

Se atribuye a Emma Goldman la frase: “Si no puedo bailar, no quiero ser parte de tu revolución”. No me consta, pero parece que lo dijo a un compañero anarquista luego que este la reprendiera por bailar durante una fiesta. Quizá ante sus ojos, el disfrute del baile, pudiera ser una cosa menor ante los retos de una revolución ideológica y política. 

Ninguna revolución se gana sin el cuerpo de por medio y la pista de baile también es un espacio que ha de ser ocupado, pero desde el gozo y la alegría. Jennifer Rosado, Denise Márquez, Claudette Cutz y Angélica Olavarría lo saben. Así que, en 2023 se reunieron para crear Morras y vinilos, colectivo que, en sus palabras:

Surge en respuesta a la marcada disparidad de género presente en la escena de la música en vinilo. Ofrece un espacio seguro y propositivo donde las mujeres selectoras puedan compartir sus propuestas sonoras y narrativas, desafiando así los patrones patriarcales que han predominado en este ámbito.

La revolución en la que queremos estar

En el universo de la música en vinilo, donde por años la figura masculina ha ocupado el centro del escenario, Morras y vinilos irrumpe con fuerza, estilo y sentido. Este colectivo de mujeres jóvenes no solo está poniendo discos: está proponiendo una revolución donde sí se puede bailar. Donde la fiesta importa. Porque cohesiona y porque le da a los cuerpos la libertad de la alegría compartida a través de la música. 

Aquí las colectividad no se trata solo de reunir a un grupo de gente en la pista de baile. Es crear puentes de cooperación horizontal desde el primer momento. Desde este enfoque colaborativo las selectoras intervienen activamente en las decisiones y organización del evento. 

No solo son mujeres detrás de la tornamesa; son una comunidad que te invita a formar parte. No importa si te gusta el soul y el funk o si eres más de salsa y guaguancó. Seguro encontrarás un espacio en la pista de baile; en los eventos que ellas mismas gestionan y producen bajo valores de respeto e inclusión. 

Una celebración en torno a los ritmos, los cuerpos y su diversidad.

Morras y Vinilos no se queda en lo local. Apuesta por la descentralización real, visibilizando a talentos emergentes más allá de la ciudad —perdón, amo la CDMX, pero hay talento en todos lados—, sino de todo el país y también del extranjero. En cada edición, la pista de baile se convierte en un mapa sonoro que cruza fronteras geográficas y estilísticas. Una celebración en torno a los ritmos, los cuerpos y su diversidad.

Aquí cabemos todxs

Otro de los pilares de este proyecto es la democratización de la fiesta. Buscan ofrecer eventos accesibles y seguros, pensados para que todxs puedan participar. Con precios justos y una lógica que también cuida a quienes están detrás de la música —las selectoras son remuneradas por su trabajo—, la fiesta se convierte en un acto de resistencia afectiva. Porque sí, se puede bailar y politizar al mismo tiempo.

En este contexto, cada set es también una narrativa. Una forma de contar el mundo desde las mezclas, de trazar memorias y deseos a través del sonido. Las tornamesas se transforman en herramientas de expresión y también de transformación. Aquí no se trata solo de pinchar discos, sino de imaginar otras formas de habitar la noche, los cuerpos, el arte y la comunidad.

Una celebración en torno a los ritmos, los cuerpos y su diversidad.

Si quieres enterarte de sus próximos eventos y conocer más sobre el proyecto, síguelas en sus redes. Y recuerda No acoso – no mala copas – no competencia – ¡baile libre y respeto en la pista! Te leemos en Instagram.