En la búsqueda de una voz propia, Ana Neri encontró en los procesos que procuran un menor impacto ambiental y un impacto social asertivo la base para su marca homónima. Tan sólo hace algunos meses la diseñadora venezolana ahora radicada en la Ciudad de México presentó su primer colección bajo el título de Migration, cuyas delicias parten de una romántica propuesta para verse enriquecidas por el trabajo de las manos de artesanos y los principios del reciclado.
Platicamos con ella para conocer todo lo que hay detrás de su propuesta de slow fashion a la que ha conceptualizado como indumentaria positiva.
¿Cuál es la filosofía de la marca? ¿A qué se refiere con’indumentaria positiva’?
La filosofía de Ana Neri como marca busca implementar prácticas que cumplan las reglas básicas de la sustentabilidad social y ambiental, en el desarrollo de los procesos de diseño y producción de piezas únicas pensadas para la mujer de hoy.
Queremos resaltar la importancia del valor humano en todos los eslabones de la cadena, empoderando a las manos creativas de los artesanos de México y generando piezas con materiales amigables para el medio ambiente. Por eso desarrollamos el concepto de Indumentaria Positiva.
No sólo buscamos ser una marca que aporte bienestar al ecosistema con el desarrollo sustentable de nuestras piezas, sino que impregnamos de intenciones positivas a cada una de ellas, dando a conocer el esfuerzo y la dedicación de todos los que formaron parte del proceso de diseño, manufacturación y comercialización, dejando una sola tarea para nuestro consumidor final: vestir con orgullo ropa positiva para el mundo.
Nos encontramos en el camino de cumplir nuestra misión de ser una marca 100% sustentable.
¿Cuál es la historia de esta primer colección?
La historia de mi primera colección, Migration, comienza con la decisión de emprender una aventura como inmigrante venezolana por el mundo. Con los recuerdos de una vida en Caracas, la pasión para convertirme en diseñadora de modas y una gran cantidad de materiales reciclados en el equipaje, comencé una aventura por el continente americano en búsqueda de inspiración y realización personal.
La colección está cargada de historias, retazos y detalles de prendas recolectadas durante mis 32 años entre Venezuela, Argentina y México. Bajo la filosofía del slow fashion, buscando hacer del mundo un mejor lugar desde lo que más me gusta hacer, produje 36 piezas únicas junto al grupo de artesanas de la península de Yucatán, Chuuytikab.
Gracias a la fundación en la que actualmente trabajo he tenido la oportunidad de crecer como persona y diseñadora junto a este increíble grupo de mujeres creativas. Chuuytikab es un grupo con marca propia, impulsado por FLH – Fundación Legorreta Hernández -, que ha sido la organización que los ha apoyado para desarrollar sus habilidades y competencias, conformado por mujeres de las comunidades de Texán de Palomeque y Ek Balam.
Mi objetivo como diseñadora está en encontrar la combinación perfecta que resalten al máximo la feminidad de la mujer moderna, haciéndola sentir cómoda, bonita y consciente del impacto social y ambiental de la producción de la
ropa.
La colección tiene un ciclo de vida particular ya que un mismo diseño lo producimos con los diferentes materiales que tengamos en el momento. Podría admitir que soy recicladora compulsiva y fiel creyente de las nuevas historias que tiene para contar toda prenda que se deja de usar. Trabajo a pedidos ya que sólo producimos nuestros diseños con los materiales que tengamos en el momento, lo que hace que muchas de nuestras piezas tengan siempre algo único.
Por ejemplo, tenemos capacidad de producción del bumper Josefa, con mangas de sarga de algodón y tela de felpa para 4 ejemplares. Una vez se nos acaben los materiales los cambiamos buscando mantener el diseño de la flor bordada por Guadalupe de Chuuytikab, sobre nuevos retazos y telas. La idea es que puedas mezclar las piezas con diferentes
materiales que tengamos en el momento.
Migration Collection | “Quien elige el camino del corazón no se equivoca nunca”, es una colección inspirada en la migración. En la acción de moverse de un lado a otro. En el comienzo de toda aventura, mirando lo que fuimos y buscando encontrar lo que queremos ser.
¿Qué te inspira en el día a día?
Tengo una fascinación por las puertas antiguas y las paredes desteñidas. Creo que el estar en una ciudad como Ciudad de México me ha hecho darme cuenta de ese gusto por conocer la historia detrás de este tipo de cosas. Me inspira el saber y conocer cosas nuevas todos los días. El hacer el bien ante toda las cosas, sabiendo que no somos perfectos pero sí lo suficientemente inteligentes para exprimir de forma positiva cada una de las experiencias que nos da la vida.
Me inspiran mi familia, mi país, mis raíces. Me inspira el saber que todos los días tengo una nueva oportunidad para sorprenderme y de sorprender con lo que hago.
¿Cuáles son los pasos que crees que debe considerar la moda para tener un menor impacto en el medio ambiente?
Me considero una emprendedora sustentable, por lo que todavía me falta mucho que aprender. Comprometida a entender y aplicar prácticas sustentables para el medio ambiente y la sociedad en todo el proceso de diseño y producción de mi ropa. Te respondo con un listado de cosas que considero debemos tener en cuenta como diseñadores de moda para tener un menor impacto en el medio ambiente:
- Estar constantemente informados sobre lo último en tendencias del medio. Todos los días los avances de la tecnología repercuten en las formas de hacer moda sustentable.
- “Naturalizar” los procesos sintéticos. Por ejemplo si trabajas con tintes para darle un color particular a las telas, puedes investigar cómo generar esos colores con materia orgánica.
- Conocer de donde provienen las telas y los materiales que utilizamos. Es de conocimiento universal las condiciones precarias en las que se pueden encontrar actualmente las fábricas manufactureras.
- Ofrecer a tus trabajadores un ambiente ideal para el crecimiento personal y profesional. Generar planes de capacitación, condicionar el lugar de trabajo y de ser posible implementar recursos sustentables en los diferentes eslabones y departamentos.
- Incentivar la producción de piezas de calidad que alargan el ciclo de vida de la prenda.
- Educar a la gente a elegir bien lo que compran para bajar el consumo masivo. Yo lo pienso cómo reducir – reciclar – reusar.
- Buscar marcas que piensen igual y unir fuerzas. Debemos crear una comunidad de emprendedores sustentables que se transformen en agentes de cambio para la industria de la moda.
Como diseñadora estoy en un bonito proceso de conocer todo lo que puedo hacer desde mi lugar para aportar al medio ambiente y la sociedad, e inspirar a otros a hacerlo.
¿Qué sigue para Ana Neri?
A corto plazo queremos agregar el teñido natural y telas de algodón orgánico a nuestra colección. Hace poco tuve la oportunidad de realizar una certificación con un tintero de Oaxaca en donde nos enseñaron los fundamentos del tinte natural. Aprendimos a extraer colores a base de frijoles, aguacate, cochinilla, añil, bejuco, pericón y coco. Son este tipo de prácticas que quiero implementar en todo lo que Ana Neri produzca, buscando abastecernos de lo que
la tierra nos da sin hacerle daño.
Ana Neri como marca quiere posicionarse en el mercado mexicano como referencia de moda sustentable, de la mano del trabajo con artesanos locales y el uso de telas recicladas y orgánicas. Queremos llevar la filosofía de la indumentaria positiva a todo el mundo, demostrando que con intención y dedicación podemos hacer de este increíble universo de la moda, un espacio que apuesta por la protección ambiental y el crecimiento humano.
Fotografías por Ximena del Valle
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