Ella misma como epifanía, manifestación de sus propias palabras y creadora de una realidad que es reflejo de un imaginario sumamente íntimo. Hablar con Tessa Ia es verdaderamente como asomarse debajo de la cama y vislumbrar uno de tantos seres fantásticos que habitan en ese espacio, que como sus ‘Quimeras’ invitan a adentrarse en lo desconocido e inevitablemente familiar.
Y es que todos somos cuerpo: almacén de experiencias y medio de expresión, un vehículo que posee la capacidad de transformarse según nos plazca y a su vez nos mantiene conectados. Es decir, de una manera u otra, todos estamos en una constante búsqueda y en el mismo plano. En palabras de Tessa: “Veo al cuerpo como una herramienta. Mi relación con él ha cambiado, sobre todo desde que empecé a cantar: la función cambió. Entonces lo alimentaba y nutría para que fuera más fuerte y así poder hacer lo que quería, que mi voz llegara a donde lo necesito”.
Esta conciencia física nos permite tener mayor claridad sobre nuestra relación con el placer y el dolor. Y si lo tuviéramos que situar físicamente, ella nos comparte que a modo de torbellino o espiral, éste último, se inicia en la mente: la acumulación de pensamientos que mal direccionados pueden ocasionarnos el mayor malestar. Y entonces el opuesto sería esparcirlos, dejarse expandir y reconocerse. Quizás, acicalarse.
Éste reconocimiento tan humano, de procesos y encontrar su punto medio entre valor y humildad, es una de las tantas cualidades que hacen a Tessa encantadora y real. Así como su sinceridad al revelarnos que no tiene una meta clara, ya que reconoce su flexibilidad, pero sí el camino, sí la pasión, sí la curiosidad, sí todo lo que mantiene en marcha al vehículo. Como ella misma lo dice: “Sé de mi dedicación y empeño, sé que mi dirección es siempre hacia adelante”.
Esa dirección definitivamente va plasmada de letras, desde su perspectiva: “el arma más fuerte, tanto para hacer el bien como el mal y por lo mismo conlleva muchísima responsabilidad”. Saberse con tal poder, la convierte en alguien que habla con precisión, sabe lo que expresa y eso es admirable. Comparte también que su alimento creativo viene de la lectura, una de las actividades fundamentales para acceder a otros mundos, para que ella a su vez pueda construir el suyo y escribir sus canciones.
Así en creciente, como Sol y Luna y en conclusión propia: “Indefinible”, es ella en este momento como mujer y artista. Con la inspiración de otro cuerpo que hizo lo que quiso, el de su abuela, quien fluye como herencia divina y manifestación consciente, resultado quizás del cambio como única constante.
Bravo por las mujeres como tú, Tessa.
10 conceptos según Tessa Ia.
- luto: bruto
- mujer: hombre
- méxico: querido
- herencia: ¿cuál?
- cuerpo: movimiento
- poesía: sueño
- animal: vereda
- placer: mundano
- libertad: expresión
- sexualidad: libre
- curiosidad: gato
- aries: agries
- ayer: hoy
- hoy: después
- mañana: pasado
Entrevista por Luciana Villegas