Nacida en la Ciudad de México, Jimena González encontró en la poesía y la declamación el lugar perfecto para desahogar penas, cerrar heridas y darle voz a todas aquellas que nunca la tuvieron, que tienen miedo de alzarla o que no saben cómo hacerlo. 

Ella nos invitó a la presentación de su libro “Todavía Tiemblo”; un libro de poesía feminista sobre el cuerpo, el alma y la violencia.

La encontramos en el Bosque de Chapultepec, a un costado del Museo Tamayo, rodeada de amigas que llegaron a darle amor y escuchar su poesía que nos hace retumbar. 

Esto fue lo que nos contó 

Meow Mag: ¿Cómo llegaste a la poesía y la declamación? 

Jimena: Hago poesía en voz alta más o menos desde finales de 2016. Empecé por los slams de poesía. Eso fue como todo mi inicio de de la poesía en voz alta y recomiendo mucho, mucho ese ejercicio porque justo es súper libre y puedes subirte a decir lo que quieras que tú hayas escrito. 

MM: ¿Antes de llegar a los slams de poesía ya escribías? 

J: Escribía, pero no en serio, siempre tenía como mis textos y mis notas pero no me lo tomaba como ahora, que para mí sí ya es muy necesario para sanarme. 

MM: ¿Cómo definirías tu trabajo?

J: Me gusta mucho hablar del cuerpo y desde el cuerpo, creo muy importante hacer poesía desde allí. Creo que cuando estás hablando lo que escribes, si no te atraviesa no, no va a tener mucho impacto. Entonces para mí es eso, la poesía hablada desde el cuerpo, desde la voz y desde mi ser mujer.

Terapia en forma de poesía

MM: ¿Crees que la poesía puede ser un espacio para todas, para desahogarse? 

J: Sí, claro, creo que hablar en voz alta da muchas posibilidades. Podemos hablar mucho desde el dolor, del enojo, de la alegría también o de las cosas que nos hacen sentirnos vivas. Siempre es súper chido y sanador. Creo que cualquiera puede hacerlo y eso es lo que más me gusta. 

A mí me gusta mucho hacerlo con la voz, porque no es necesario que sea una persona letrada o una persona que sepa un montón sobre retórica y poética sino que tú tienes tu voz y tienes tu cuerpo y tu experiencia desde la que puedes hablar. 

MM: ¿Quieres hacer algo más que poesía? 

J: Me interesa dar clases en un futuro, me llama mucho la atención también las posibilidades que hay desde el enseñar y desde un aprendizaje también colectivo. Me interesa generar en un futuro ese tipo de mediador, de diálogo y de espacios. Hasta ahora no escribo cosas más allá de la poesía pero no descarto en un futuro como dedicarme tal vez a otros géneros. 

MM: ¿Cómo nace “Todavía Tiemblo”? 

J: Nace como una necesidad. Primero lo vendí en pdf. Estos poemas ya tienen un ratito que los escribí. Y el título “Todavía Tiemblo” lo tiene porque pensar en la memoria y en la continuidad de lo que escribes en el futuro. Contiene cuatro poemas que son todos atravesados justo por eso, por ser mujer, por el cuerpo, por la violencia y por el dolor. Me gusta pensar la violencia como como una potencia, algo que genera posibilidades. 

Un libro para todas

MM: ¿Quién te inspira? 

J: Escribir la dedicatoria para esto fue muy difícil, porque creo que cada persona que se aparece en nuestra vida nos ayuda a construirnos. Le dedico esto a las personas que me han mantenido viva; mi familia, mis amigos. Creo que me sería muy difícil pensar en en alguien en específico, pero pienso mucho en mis abuelas y en las historias que mis abuelas no pudieron contar y las cosas de las que mis abuelas no pudieron hablar. Si hubiera personas específicas, hablaría de mi abuela María y de mi abuela Josefina que resuenan mucho en mí en este momento, aunque ya no estén aquí.

MM: ¿Algún consejo para todas aquellas que no se atreven a escribir lo que han vivido, hablarlo o quieren expresarse de alguna manera?

J: Que se compartan con sus amigas. Comienza a escribir y comienza a decirlo en voz alta, incluso si no quieres escribir algo como tal. Un día grábate y escucha lo que tienes que decir que también te lo tienes que decir a ti misma, a veces hablarnos a nosotras mismas puede resultar más difícil pero terapéutico.

Jimena da voz a todas las que ya no pueden hablar, a las que aún no se animan y a todas las que salimos a diario a sobrevivir; esas mujeres que han vivido de todo y aún así caminan como las guerreras que son.  

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