En una pasarela donde lo funcional se transformó en expresión, Alejandra de Coss presentó una colección que reformula los límites entre el objeto y el adorno. En Objetos Utilitarios, lo cotidiano cobra una nueva lectura: lo que alguna vez tuvo una función práctica adquiere un nuevo sentido.

Lógica que subvierte
En su universo, la utilidad se disuelve para dar paso a la expresión. Las prendas siguieron la misma lógica de dislocar lo común: sastrería reinterpretada en siluetas fluidas, capas transparentes que revelan nuevas proporciones y combinaciones inesperadas entre piezas estructuradas y elementos ligeros.

Brillo contemporáneo
El maquillaje destacó por su precisión: sombras cuidadosamente aplicadas en los ojos con un toque de brillo en la parte inferior, mejillas sutilmente coloreadas y labios en tonos naturales. El cabello, peinado desde la raíz hacia atrás con textura natural, aportó frescura y autenticidad a cada look.





Principio de placer
La paleta transita del blanco al borgoña, del gris translúcido al negro con textura, trazando una narrativa visual que habla de libertad, de juego y de contraste. Las transparencias sugieren sin revelar, mientras que los cortes estructurados evocan una feminidad que no se explica, sino que se impone.

La propuesta deja una sensación de calma y contemplación, como si lo cotidiano encontrará una nueva forma de decirse. Cada prenda pareció recordarnos que el vestir no es solo cubrir el cuerpo, sino reinterpretar el mundo desde los detalles más simples.

