A inicios del mes de mayo nos fuimos a vivir la experiencia del festival de música, Akamba, el cual nos prometía horas de baile y un paisaje sin igual. Y así fue.

Llegamos a Guadalajara para instalarnos primero en el hotel Bellwort en la colonia Americana. Pasé por un café frío a Macondo y nos alistamos para llegar a la estación ferroviaria de donde sale el iconico tren José Cuervo Express. Esta experiencia se sumó al festival, ofreciendo un viaje de dos horas aproximadamente de fiesta en cada vagón, meseros con toda la actitud, cócteles, bebidas refrescantes y por supuesto, tortas ahogadas.

¡Hasta Tequila!
En mi vagón estaba Cheto de la Rocha mezclando unos tracks muy buenos que nos ponían a bailar sí o sí. Quizá mi parte favorita del festival fue llegar al festival, me divertí muchísimo también platicando con mis compañeros de Lalo, de revista Marvin y Alan, de Life & Style.

Al descender del tren, todavía es un tramo para llegar al valle de agaves y montañas donde estaba Akamba. El calor era infernal, eran alrededor de las 4 de la tarde pero aun así, Liam Fitzgerald estaba ya encendiendo pista en unos de los dos escenarios del festival.

Después pasé a ver a la DJ peruana Sofía Kourtesis que fue de mis preferidas; me hizo bailar muchísimo al atardecer para después ir a ver a Lewis OfMan que por primera vez anda haciendo tour con toda una banda de música. Tocó una versión acústica de Hey Lou y Pense á Toi que amé demasiado.

Fugaz y memorable
Kid Francescoli, Soffi Tukker y Danilo Plessow fueron mis siguientes actos en vivo que presencié. Pero antes me fui a recorrer la oferta gastronómica y me encontré con varias delicias locales y vegetarianas. Me comí un sándwich de berenjena con parmesano de Chan Chan que woooow.


Entre más tarde se hacía, Akamba se llenaba de gente con sus mejores looks vaqueros, steam punk y onda Burning Man. La arena fue una constante en el terreno asi que muchos ya venían preparados con pañoletas y máscaras; sombreros y lentes y botas todo terreno. ¡Vi muchos looks increíbles!




El festival contó con instalaciones de arte que formaban parte del mismo ecosistema en donde podías pasear y ver alrededor el bellísimo paisaje de montañas que saludaron el anochecer. Resumiría este Akamba como una experiencia fugaz, eléctrica pero también de mucha conexión gracias al baile constante y al maravilloso lineup de este año, el cual cerró con broche de oro con Disclosure.

Fotografías por Olivia Meza para MEOW Magazine