Nuestra ciudad cada vez se llena de más opciones para tomar el cafecito. Muchos de ellos acompañados de la literatura y, como amante de ambas cosas, lo agradezco. Pero honestamente, a veces se siente un poco más de lo mismo.
Crear juntas
Una alternativa o respuesta en casi cualquiera de los casos, es construir los espacios que nos gustaría habitar. En la colonia Narvarte hace poco abrió RINCÓN, una cafetería que se mantiene fiel a los rasgos del barrio: convive lo tradicional y lo moderno sin perder jamás los valores comunitarios. A su vez tiene la esencia de tres mujeres mexicanas creativas y multitalensosas: Fany, Tania y Sofi.
Nuestras recomendaciones
Rincón combina bebidas creativas con café de alta calidad —ojo que soy veracruzana y tengo altos estándares cafeteros—, bebidas con matcha y frutos de temporada y repostería deliciosa. Mi recomendación: Honey rush, una bebida de café con un toque fresco y dulce equilibrado. Para acompañar, panqué de té negro glaseado. Ambas recetas solo las he probado aquí y he repetido.
También hay un lugarcito muy especial para la literatura. Su catálogo es pequeño pero perfectamente bien curado. No mediado por la novedad o por un algoritmo, sino por las lecturas que recomiendan las fundadoras o personas cercanas al proyecto. Mi recomendación: ¿A dónde van los árboles cuando duermen? un libro de poesía para infancias de la poeta tu’un savi, Nadia López García, cuyos versos están interpretados por la ilustradora chocholteca Mitzy Juárez. También pasen por Niñapajaroglaciar de Mariana Matija.
Estos dos conceptos –creatividad y comunidad– no son solo una narrativa. Están presentes en cada detalle, desde la atención tan familiar hasta cada objeto de artistas y creadorxs que encontramos ahí. Cerámica de Adhara Miguel, publicaciones independientes como fanzines, los objetos de papelería más bonitos de creadoras como Paola Carola, Tania Dibuja y Claudel Estella, entre otros.
¿Tú ya conocías Rincón? ¿Planeas visitarlo pronto? Puedes hacerlo en Diagonal San Antonio 1689, Narvarte, CDMX. Mientras tanto, nos leemos en Instagram y sigamos apostando por la comunidad, la creatividad y la pausa ante un mundo que produce en serie.