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Music
Cat Power: Las 9 vidas de Chan Marshall
30.01.2018
Por Irving Alfaro

Chan Marshall, la mujer detrás de esa mirada taciturna y triste, visitará por tercera vez nuestro país como parte del Festival GRRRL Noise, el primero que apuesta por la equidad de género en la industria musical en el marco del Día Internacional de la Mujer.

La chica felina amante de la moda casual y embajadora del estilo ‘Neo-Grunge’, no podía quedar fuera de nuestra lista de recomendaciones musicales del mes. Y para hablar de ella qué mejor que mostrar las 9 facetas que han marcado su carrera, los momentos que la han definido y convertido en una de las mejores intérpretes femeninas de la industria musical contemporánea. La única mujer que ha usado sus 9 vidas para sobrevivir y ayudar un poco a este mundo frío y hostil, y que ha logrado transmitir a través del soul, el jazz, el rock, el folk y algunos beats electrónicos, su amor por la música. En otras palabras: las 9 vidas de Charlyn Marie Marshall, alias Cat Power.

Desde 1972, su primer vida felina le permitió sobrevivir en los suburbios de Atlanta en los 90’s, llenos de pandillas y drogas, mientras crecía bajo los cuidados de su abuela materna quién no le permitía salir mucho ni tener amigos, por lo que buscaría refugio en la colección de discos de su padre Charlie Marshall, un músico amante del Blues y pianista de sesión, entre los que se encontraban bandas punk como Black Flag, Sister Sledge y Sex Pistols, hasta algunos LP’s de baladas románticas como Barry White.

Tiempo después con la separación de sus padres y los repentinos cambios de hogar entre Bartlett, Memphis, Georgia y Carolina del Sur, se agotaría la segunda vida felina de Chan, quién se volvería más introvertida y nuevamente acudiría a los discos de su padrastro, entre los que estaban Otis Redding, Creedence Clearwater Revival y The Rolling Stones. En este preciso momento Chan
decide comenzar a componer sus primeras canciones y aprender a tocar la guitarra.

La muerte de su primer novio y de algunos amigos cercanos por el uso de heroína, sumados a la repentina muerte de Kurt Cobain en 1994, una de sus principales influencias y a quién dedicara su canción I don’t blame you, sepultaron su tercer vida felina, pero le dieron la fuerza creativa para grabar sus primeras canciones, comenzar a tocar en bares locales y definir su nombre artístico tras leer en una gorra de camionero la leyenda ‘Cat Diesel Power’, Chan supo inmediatamente que su aventura artística se llamaría Cat Power.

A mediados de los 90 tras llegar a Nueva York y conseguir trabajo como mesera, Chan pudo costear la grabación de sus primeros dos discos: Dear Sir y Myra Lee, con la ayuda de Tim Foljhan, Liz Phair y Steve Shelley (baterista de Sonic Youth). Sin embargo, una nueva decepción amorosa la sumergiría en el alcohol y las drogas por primera vez en su vida, obligándola a cancelar algunas presentaciones y a dejar el glamour neoyorquino de forma momentánea para rehabilitarse mientras preparaba su tercer álbum What Would the Community Think, en Memphis, Tennessee, y posteriormente lanzar Moon Pix, desde Portland, Oregon. En ese entonces, Chan estuvo a punto de retirarse del medio artístico, pero gracias a las excelentes críticas de su último disco en Rolling Stone, Spin y Pitchfork, decidió continuar, terminando así su cuarta vida.

Después de una larga rehabilitación, Marshall y su poder felino ocuparían su quinta vida en regresar a los estudios de grabación para comenzar su mejor etapa musical, primero lanzando el disco The Covers Album en el año 2000, seguido por el que es considerado su mejor disco hasta el momento You Are Free del 2003, que contaría con la ayuda de Dave Grohl y Eddie Vedder, para terminar de forma magistral en 2006 con The Greatest, un álbum totalmente influenciado por la carrera de su padre, con reminiscencias de blues, soul, folk y jazz.

No obstante el súbito éxito, la fama y el reconocimiento mundial, tuvieron un efecto devastador en Chan, quién al ser acosada por paparazzis comenzó a tener ataques de pánico y ansiedad, algunos en pleno escenario, lo cual terminó llevándola de nuevo al alcoholismo y poniendo fin a su sexta vida felina que casi se convertiría en su último suspiro de no ser por la ayuda de sus amigos y familiares, quienes de inmediato acudieron en su auxilio y la internaron en el Instituto Médico y de Ayuda Psiquiátrica del Monte Sinai, en Miami, para salvarla del abismo.

Nuevamente rehabilitada por completo y con nuevos bríos, la séptima vida de Chan se inclinaría a favor de las causas sociales y la filantropía realizando campañas para PETA, recaudando fondos para organizaciones en la lucha contra el Sida, así como realizando grandes donativos a casas de huérfanos y organizaciones en defensa de minorías como la comunidad LGBT y personas sin hogar, al mismo tiempo que lanzaba un segundo álbum de covers llamado Jukebox y un pequeño EP titulado Dark Side of the Street, con los que logró realizar una gira mundial sin complicaciones en más de 10 años.

Tras reinventarse a sí misma después de un larga relación con el actor Giovanni Ribisi, Chan lanzó en 2012 su último disco de estudio Sun, en donde predominan los sonidos experimentales, las bases electrónicas y algunos beats y loops creados por sintetizadores, un cambio radical en la carrera musical de la felina pero con la misma intensidad en las letras y su voz. La canción Nothing but time, cuenta con la colaboración de Iggy Pop y está dedicada a la hija adolescente de Ribisi, con quién mantiene una estrecha relación y con quién compartiera gran parte de su octava vida felina.

Por último, la llegada de su primer hijo en 2015 y una notable madurez emocional que sólo se gana con el pasar de los años, serían la motivación perfecta para su novena y última vida gatuna, siendo también el momento perfecto para regresar a los escenarios a hacer lo que mejor sabe: cantar a lado de su guitarra y su impecable piano.

Todas y cada una de éstas ‘vidas felinas’, han marcado esencialmente su estilo musical y la forma de sus composiciones líricas, en su mayoría nostálgicas y densas, acompañadas por una voz grave y frágil, casi al borde del llanto, que al mismo tiempo la han dotado de un carácter y estilo inconfundibles que en momentos rememora a Billie Holiday, Dusty Springfield y Joni Mitchel.

Desde el 2012 Cat Power no presenta ningún trabajo nuevo, y la última vez que visitó nuestro país fue en diciembre del 2014, en un concierto en solitario tan íntimo como poderoso. Este año estará acompañada por grupos como Warpaint, Best Coast, Sotomayor y GirlUltra en el mencionado festival y en MEOW estaremos presentes para llevarte la mejor reseña del evento.

¡Nos vemos el 03 de Marzo en el Auditorio Blackberry!

 

@littleremy