En el corazón de la CDMX, Loose Blues se transformó en un microcosmos de moda, beats y espresso para celebrar los 35 años de Steve Madden. La marca neoyorquina, conocida por romper reglas antes de que fuera cool, reunió a su crew más leal en una noche donde el café de Dolce Gusto fue la gasolina y la actitud, el dress code.


Luces cálidas, playlist incendiaria y un photobooth que se volvió confesionario visual. Cada flash capturó esa mezcla entre rebeldía y glamour que define a Madden: urbano, descarado y adictivo.
El momento álgido llegó con la colección Fall-Winter 2025 —un manifiesto de texturas y alturas. Botas que dominan, plataformas que gritan independencia y mocasines que podrían sobrevivir al fin del mundo. Tonos vino, café, dorado y negro pintaron la pasarela como un after oscuro con olor a cuero nuevo.


Entre el público, Maca García, Jess Marmolejo y Mo Alameda se movían como si el tiempo no existiera, entre flashes, risas y miradas cómplices.
Desde 1990, Steve Madden ha sido más que calzado: una declaración de libertad. Treinta y cinco años después, su mensaje sigue claro —la moda no se sigue, se pisa fuerte.















