Una exposición en Nueva York en el lugar donde Elizabeth Taylor vivió exhibe los pensamientos más íntimos de Fernanda Carrillo. Parece que esta oración es un sinónimo de vivir el sueño americano, pero más que eso, ha sido el carácter audaz y el coraje de Carri –diminutivo como nombre artístico– por seguir su intuición respecto a cómo fluye mejor en la vida. En este caso, el arte fue la respuesta, y lo ha arriesgado todo para perseguir este constante sentimiento de hogar, mismo que alude en su obra y en su más reciente expo Faces of My Voice.
La artista mexicana presume de su tercera exhibición donde conviven las letras, la cerámica, las instalaciones y el formato del estilógrafo sobre papel en The Elizabeth Collective durante el mes de enero en Midtown, Manhattan. El talento de Carri, quien además es co-curadora de Casa Pixan, proyecto mexicano de consultoría y exposición de arte, nos llevó a entrevistarla y conocer un poco más sobre su trayectoria y sus inicios prósperos en el sinuoso mundo del arte.
¿Cómo llegó el arte a tu vida?
Sonará cliché pero siempre he sido la niña que desde pequeña la sentabas con colores y se pasaba horas dibujando. De alguna manera el “impulso artístico” siempre ha estado ahí, y conforme fui creciendo mi atención giraba entorno a “creativos” como artistas, escritores, arquitectos y músicos, etc.
¿Cuándo y cómo fue que apostaste por dedicarte a ello?
Al principio lo utilizaba de manera terapéutica. En una época muy difícil de mi vida hacía uso del arte confesional para poder lidiar con lo que estaba pasando a mi alrededor. Y de repente, sin el menor aviso, me di cuenta que necesitaba dibujar todos los días para sentirme en balance. Así que decidí dibujar y publicarlo en mi cuenta de Instagram.
Entré a estudiar Arquitectura pero de alguna manera u otra se daban diferentes oportunidades relacionadas con el arte; desde exponer mi obra hasta organizar exposiciones. Con la escuela no podía hacer ambas cosas así que han sido pausas de meses para poder trabajar de lleno en esta loca aventura conocida como “el mundo de arte”.
Cuéntanos un poco sobre tu tercera expo “Faces of My Voice”; de dónde nace esta entrega y cómo la desarrollaste:
Mi intención con Faces of My Voice era mostrar el resultado de mi joven carrera artística. La expo se da gracias a mi agencia: We The Cool Studio. Mi PR me marcó para darme las noticias y solamente meses antes me dijo: “prepara obra, ¡tienes una exposición en diciembre en Nueva York!” ¡Casi me muero!
Decidí que la obra que tenía que generar para los dos pisos de The Elizabeth Collective (un espacio ubicado en Midtown, Manhattan que, tras haber sido la residencia de la legendaria actriz Elizabeth Taylor, se convirtió en un espacio dedicado al arte y diseño high end) sería una mezcla de dibujos con tinta, cerámica e instalaciones; pero todos con la misma intención: mostrar intimidad. Mi carrera empezó con arte confesional y después se volvió una obsesión con la limpieza visual y técnica. Quería dar un full circle con lo que sería mi primer solo exhibition en Nueva York. Al mismo tiempo, busqué al artista mexicano Miguel Ángel Carrera para hacer piezas en colaboración (desde floreros con notas de amor hasta esculturas de más de 1.40 metros de altura).
¿Qué sentimientos o emociones afloran cuando ves exhibida tu obra y entra en contacto con nuevas personas?
Sonará raro pero es un sentimiento hogareño. Es como si cada persona que viera mis piezas fuera transportada a la sala de mi casa y estuviéramos con un vino hablando de nuestras vidas. Se siente así de agradable.
Pero lo que nunca imaginé fue que fueran tan bien recibidas en Nueva York. Esa fue la mejor sorpresa de todas. Hubo gente que me abrazó y me agradeció por compartir cosas tan íntimas. Hubo quienes lloraron con la instalación del amor. ¡Me quedé sin palabras!
¿Qué es lo que más te inspira día con día?
Las conversaciones conmigo misma, aunque día a día, también me inspiran todos los artistas que respiran, comen y sueñan arte. ¡Hay tanto talento en México que no me paro de sorprender!
Percibo que la poesía o las letras son una parte que destaca en tu discurso, ¿cómo lo has integrado en un sentido artístico y qué significa para ti incluir textos en tu obra?
Nunca pensé que se podría incluir mis pensamientos más íntimos en obras hasta que me topé con la obra de Louise Bourgeois. Quedé en completo shock al ver a una mujer expresarse así. Toda la vida he escrito y empecé a soltarme también en mis piezas. Ya sea creando una obra en base a una oración ó escribiendo pensamientos impulsivos mientras dibujo. Lo más interesante son las reacciones que esto causa. Sí, algunas personas aprecian que trabajaste por más de dos meses y siete horas diarias en una pieza, pero de igual manera aprecian estar en tu cabeza durante esos días y entenderte.
¿Cuáles son los temas más recurrentes últimamente en tu cabeza y tu obra?
Siempre han sido cosas relacionadas con mi vida. Pero, para serte honesta, después de la expo en The Elizabeth Collective quedé completamente drenada. Apenas estos días estoy volviendo a escribir y dibujar, y definitivamente un tema que traigo en la cabeza es el amor: amor propio, amor loco, amor dulce, amor familiar, amor roto, amor completo.
Como una joven artista, ¿cuál ha sido tu reto más desafiante hasta ahora?
No dejarme intimidar por los grandes talentos que te encuentras en redes sociales. Creo que, como en todas carreras, puedes encontrar miles de personas en redes sociales que pueden hacer lo mismo pero “mejor” que tú y es fácil compararte. Pero, la realidad es que no hago obra para ganarle a alguien, hago piezas porque simplemente TENGO que hacerlo.
En tu opinión, ¿cómo percibes el arte en México en cuestiones de creatividad, espacios y demanda?
La ventaja y desventaja de México es que hay mucha demanda de galerías contemporáneas y ni hablar de la cantidad de artistas, pero no hay tanta oferta. Aparte de que ni siquiera estamos cerca de los grandes consumidores de arte como Estados Unidos, Alemania e Inglaterra. Me gusta ver que hay nuevos espacios con modelos distintos a las galerías tradicionales, que intentan tener un balance con respecto a la calidad artística + gestión de programas.
¿Qué mensajes o sensaciones te gustaría transmitir al espectador con tu obra?
Mis obras son micro cuentos. Hay un principio, un momento clímax o “momento iluminador” y conclusión. De todo problema, duda o miedo intento sacar alguna lección. Creo que el mensaje final de todas mis obras es “tú puedes, por el simple hecho de ser tú.”
¿Cuál es tu sueño más ambicioso como artista y curadora?
Buena pregunta… no estoy segura. Respecto a mi obra me entusiasma hacer instalaciones a GRAN escala. Al mismo tiempo, como co-fundadora de Casa Pixan, me emociona y me entusiasma seguir creando plataformas que impulsen nuevos talentos. Este año, para febrero, tenemos una mezcolanza de nacionalidades y técnicas, y no puedo esperar a ver hacia dónde va este proyecto y el crecimiento de nuestros artistas.
Sobre tu vida personal
Tu prenda o accesorio favorito:
Vestidos o faldas SIEMPRE.
Tu material predilecto para trabajar:
Estilógrafo de .005
El espacio donde más te gusta estar:
Mi casa… soy esa persona.
En tu playlist más reciente podemos encontrar:
Billy Eilish, Alabama shakes, Bremer McCoy, Tesla, Joaquin Sabina… mucha variedad.
El ritual de belleza que nunca falta:
Mascarilla Supermud de GlamGlow, jabón de Clinique y labial de Fresh.