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Culture
#INSPOWER Maya Juracán, una visión entre el arte y el activismo
28.05.2024
Por Diana Rosalia

Más de una vez he escuchado a personas cercanas a mí, decir que no les gusta el arte, que no lo entienden o ambas cosas. Esto me ha hecho pensar en las formas que se presenta el arte: formatos y espacios. Por qué dificultan el encuentro y hacen del decodificar el mensaje una tarea tortuosa. Estas reflexiones vagas se han profundizado a través de la conversación con la educadora, activista y curadora Maya Juracán

¿Quién es Maya?

Me gusta presentarme como educadora. Pero también soy activista y curadora. Primero activista y después curadora porque el activismo me llevó a buscar en el arte una forma para contar las historias. 

Comencé como maestra de un pequeño colegio en Guatemala. Ahí me di cuenta que los estudiantes no tenían herramientas para aprender de historia reciente; para hablar y contar. Mostrarles a mis alumnos piezas de arte, les ayudaba a aprender y a tener pensamiento crítico.

Arte y activismo

Las inquietudes personales con las cuales inicia este texto fueron guiando la charla con Maya. Al pensar en esa percepción del arte como algo incomprensible y algunas otras cuestiones que interfieren entre el mensaje de las obras y los públicos. Pienso también en las tensiones entre arte y activismo y el lenguaje con el cual se comunica el mensaje.

¿Es arte o es activismo? Si está comunicando el mensaje, ¿esa pregunta importa? Hay que vaciar la categoría. 

El mundo está constantemente generando información y seríamos ilusos si pensamos que todo eso queda únicamente contenido en los museos y las galerías. No creo que se trate solo de meter el arte callejero al museo o de sacar las obras del museo a la calle. Se trata de entender la naturaleza del arte, el arte puede ser una pinta callejera o un textil de los Pueblos Originarios. 

La academia y el museo no quieren construir conocimiento para compartir, quieren el poder que les da ese conocimiento. Pero aun así hay que escuchar y también nos tienen que escuchar. Porque se trata de generar espacios, pero también de ganar espacios.

Cuando la escucho también me cuestiono sobre el espacio. Me pregunto si lugares donde tradicionalmente se presenta el arte de verdad invitan al encuentro, ¿pueden representar un espacio hostil o de exclusión? Creo que sí. Que así como el conocimiento en torno al arte se ha escrito desde el privilegio; los espacios de exposición han funcionado con la misma lógica. 

El museo es solo un lugar de privilegio. Sucede algo que yo llamo segregación museística, por ejemplo: si se mete a un artista maya al museo, le dan una sala de Pueblos Originarios, entonces sus piezas ya no dialogan con el resto de la colección del museo. 

Trayectoria y proyectos curatoriales

Luego de curar una bienal me di cuenta de muchas cosas que no me gustaron. Como encontrar artistas que dicen ser socialmente comprometidos, pero solo hacen obra con el discurso socialmente comprometido, pero no lo son como personas. Y ahí me di cuenta de donde no quiero estar y lo que no quiero ser. Mi amigo Gustavo García Solares me dijo: ‘es genial todo lo que hiciste pero ¿quién lo mira?’ Y eso vino a revolucionar mi mente.

¿Qué hacer ante el reconocimiento de lugares y prácticas con las que no empatizamos? Organizarse y crear nuevas prácticas y nuevos lugares. Estos son algunos de los espacios que Maya a generado de la mano de otrxs.

La bienal en resistencia. Un espacio que busca crear practicas curatoriales con perspectiva comunitaria y horizontal. Priorizando el encuentro y los cuidados antes que la obra-objeto.

En la búsqueda de un espacio exclusivo de mujeres y de la mano de Renata Alvarez y Jimena Galán, surge La revuelta. `Es un colectivo de curadoras feministas que trabaja en la Ciudad de Guatemala. Tiene una casa que se llama La casa revoltosa; con una biblioteca feminista, un grupo de residencia, una escuela de activismo feminista que busca precisamente educar a través de un acompañamiento´.

Su proyecto más reciente: Clase 87, se ha dado a la tarea de pensar la curaduría en relación con la tierra. `Tenemos un pequeño espacio de exposición y relación en un bosque. La idea es considerar lo humano y lo no humano. Los visitantes a tu exposición pueden ser humanos, pero también pájaros, ardillas e insectos. Entonces hay que trabajar en pro y con ese ecosistema´.

Cuéntanos si tú también has tenido estas inquietudes o reflexiones sobre el arte en el mundo contemporáneo. Te dejo con unas últimas reflexiones de Maya y nosotros nos leemos en Instagram.

Yo sé que con el arte no puedo cambiar el mundo, pero sé que puede ser un catalizador de experiencias que puede llevar a la gente a pensar en un problema. Para mi ese es el vínculo del arte y el activismo. No produzcan arte, produzcan herramientas que las hagan felices. Yo soy feliz pensando que estoy haciendo algo, algo mínimo, por cambiar las formas tradicionales en el mundo del arte.