De vez en cuando te encuentras con propuestas muy originales que te toman por sorpresa porque llegan en el momento menos esperado, como al final de un día pesado en el trabajo o después de una discusión con algún amigo, familiar o con esa persona especial, que te drena toda la energía, y sin embargo, de la nada llega a tus oídos algo que te alegra el día y cambia todo de un momento a otro, no sólo por la calidad del sonido que escuchas, sino porque se trata de un proyecto hecho en tu país que le da un toque especial.
Así fue como me encontré con la música de Amor Amezcua, en el día menos pensado y mientras revisaba correos con diversas propuestas, me detuve a escuchar de principio a fin su último trabajo: ‘Nothing that matters’ ahora bajo el nombre Myuné, quién en 2016 decide separarse momentáneamente de Mint Field (donde toca la batería y comparte escenario con Estrella Sánchez) para emprender el vuelo como solista.
El sonido de Myuné parte de las raíces electrónicas que por años forjó con su hermano Grenda y reúne por momentos la espiritualidad y complejidad de bandas de dream pop como M83, Midnight Movies y Blonde Redhead en sus primeros discos. Pequeñas armonías y melodías generadas por teclados y cajas de ritmos muy sencillos pero contundentes que se entretejen de manera muy suave con la voz de Amezcua, aunque también reflejan mucho el trabajo de grandes expositores de la música experimental como Brian Eno.
‘Nothing That Matters’ se encuentra rodeado por una gama de sonidos que, aunque pueden parecer repetitivos en primer instancia a lo largo de sus 8 canciones, también hacen un marco distintivo del sonido que Amezcua intenta forjar por sí misma; un claro ejemplo se nota en Interlude y You Won’t Disappear, esta última comienza de forma irónica con Amor cantando “I have an idea, but I don’t know if you’re gonna like it…”. Pequeñas canciones muy instrospectivas que resultan un tanto sensuales y poderosas son Once I’ve tried y Dead Bodies, que conjuntan la oscuridad y cierto halo de misterio en sus melodías a 4 tiempos.
Otōto (おとうと), en cambio, recuerda a la dulzura y simpleza de los primeros discos de Beach House, con una melodía tan hipnótica como eficaz, pues de inmediato te sumerge en un trance de sonidos etéreos, tan profundos como misteriosos, de nuevo con una voz distante, casi imperceptible pero que está ahí para recordarte que probablemente estás soñando.
El disco lanzado en 2016 abre con Do you remember, el track más largo del disco que podría incluso pasar como un acercamiento al ambient o post-rock, mientras juega con melodías vocales muy al estilo de Sigur Rôs, y marca el ritmo de lo que vendrá a lo largo de todo el disco: una concordancia entre teclados y sintetizadores mezclados con la voz de Amezcua.
Todo esto hace de ‘Nothing That Matters’ una grata sorpresa para la música producida a nivel nacional. Un Dream Pop fusionado con Ambient muy original y fresco que francamente nunca pensé escuchar aquí. ¡Todo un descubrimiento!
Mientras esperamos el nuevo material de esta chica del norte del país, puedes escuchar su primer trabajo completo con todo y lyrics, aquí:
@littleremy