Pocas bandas son tan interesantes y atrevidas como The Dresden Dolls, dos chicos de Boston, Massachusetts, a quienes tuvimos la fortuna de conocer en México gracias a la gira ‘With Teeth’ de Nine Inch Nails, que los tenía como teloneros en gran parte de sus presentaciones en 2005.
A pesar de que ya contaban con 4 años de carrera, se mantenían suscritos a la escena underground con un pequeño séquito de seguidores que comenzaron a extender el alcance de su música de la forma más simple y efectiva que conoce la publicidad: el boca en boca y mano a mano de sus discos, grabaciones caseras y pequeños videos de fans que comenzaron a compartirse en Youtube y MySpace.
A partir de entonces comenzaría la Dresdendoll-manía prácticamente en todo el mundo y llegarían a ser la banda de Cabaret Punk (como ellos mismos se denominan) más famosa de la faz de la tierra, incluso más que los Tiger Lilies.
Sus presentaciones además de estar llenas de furia y actitud punk en la batería de Brian Viglione, contrastaban de forma increíble con las casi infantiles melodías de Amanda Palmer en los teclados y su espectacular voz: tan frágil y suave como el pétalo de un rosa, o tan áspera y dura como una roca. Además, sus caracterizaciones como mimos de cabaret al estilo Marcel Marceau, resultan muy llamativas por su carácter exagerado y, en el caso de Amanda, llevada al extremo, pues depilaba sus cejas para crear figuras estilizadas y portaba lencería transparente en muchas de sus presentaciones en vivo, dejando nada a la imaginación de espectador.
A pesar de su pequeña pero sustancial discografía, la banda pudo recorrer el mundo durante varios años con tan solo dos discos de estudio, una recopilación de lados B y uno más en vivo, con los que podían reventar cualquier escenario que se les pusiera en frente, por más grande o pequeño que éste fuera.
Por si fuera poco, sus setlist contaban con todo un repertorio muy variado de covers que iban desde la mítica War pigs de Black Sabbath, hasta una sarcástica y poderosa versión de Baby one more time de Britney Spears, pasando por algunos tracks de Morrissey, Radiohead, Jacques Brel y Beastie Boys, por nombrar algunos.
Algunos años después tendríamos la fortuna de verlos de nuevo en el Teatro Fru-Fru, en el corazón de la CDMX, para deleite de miles de fans que incluso tuvieron la oportunidad de platicar con sus ídolos, tomarse fotos y pedir sus autógrafos para la posteridad. Mientras que algunos vecinos de la colonia Hipódromo Condesa, pudieron verlos cantar en el Parque España, en los denominados Ninja Gigs que la banda daba de forma espontánea en algunos lugares que visitaban. Luego vendrían años de proyectos alternos y un silencio que ha durado más de 6 años, pero nos han dejado un legado de incomparable calidad musical, disponible para aquellos que estén dispuestos a escuchar algo totalmente diferente y muy divertido, por oscuro que parezca.
Retomamos un poco de su historia este mes, pues podrían servirte de inspiración para disfrazarte como Dresden Doll en las próximas fiestas de Halloween y ser el (la) más original de la noche. Si quieres escuchar más de esta increíble banda, dale play a esta lista y síguelos en Spotify.
@littleremy