por Diana Rosalía

La lectura es uno de mis pasatiempos favoritos, por lo tanto, cada año al menos uno de mis propósitos está relacionado con esta actividad: leer más, leer en conjunto, ampliar mis referencias sobre algún autor o tema en específico.

Intento realizar un registro de todos los libros que he leído por completo durante esos 12 meses. Mi primer método fue hacer una lista en las últimas páginas de mi agenda. Migré a Goodreads, pero la tecnología me superó. Después comencé a hacer instagram stories con mis lecturas, pero también fracasé. Regresé al papel e incié un diario de lecturas donde, además de enlistar cada libro, también escribía una breve reseña y mis pensamientos sobre cada lectura. A mitad de año tuve que viajar y olvidé mi cuaderno-diario-bitácora de lecturas. En consecuencia, también olvidé cuántas y cuáles lecturas realicé durante la mitad del año.

La finalidad de este registro es compartirlo a final del año y ver si mis metas iniciales fueron logradas. Pasé varias semanas lamentándome por no tener ninguna nota, ninguna impresión por escrito (mi memoria es de mantequilla), pero después recordé que leer es, para mi, una actividad que hago por placer. Entonces mi balance de ese 2022 se ha basado en la experiencia que transité al recorrer las páginas y no en cuántas sumé a mi librero. Bajo esta premisa, el libro que se posiciona como mi favorito del año es Vivir con nuestros muertos de la rabina y filósofa Delphine Horvilleur.

La historia acompaña

Supe de la existencia de este libro gracias una historia de instagram compartida por alguien a quien no conozco en persona, pero sé, ha experimentado una perdida similar a la mía. El 2022 ha sido el primer año de mi vida en que he tenido que aprender a vivir con un muerto. Esta nueva forma de vivir me generaba muchísimas preguntas, y si algo he aprendido es que los libros son buena fuente de respuestas.

Llegué a él esperando una guía, un manual y solo me encontré con más y más preguntas, pero también con experiencias que me hicieron sentir acompañada en un proceso que me resultaba extenuante y solitario. Este estremecimiento emocional e intelectual lo hicieron el libro que recordaré como favorito aún sin tener un registro escrito de él. Pero, ¿de qué va?

Vivir con nuestros muertos es un ensayo publicado por Libros del Asteroide. Está conformado por 12 capítulos que la autora entreteje gracias a sus conocimientos sobre las tradiciones judías, la filosofía y sus vivencias acompañando a personas que han perdido un familiar o ser amado. Cada uno de estos capítulos lleva el nombre propio, casi siempre de la persona a quien acompaña. No es un libro sobre la muerte, es un libro sobre las personas. Sobre hijos, hermanos, amigas que se quedan al borde del abismo sin poder ver que hay más allá. Sin saber si hay algo más allá. De cómo esta experiencia y sentimiento de pérdida nos vincula con los que siguen vivos.

No es un libro sobre la muerte, es un libro sobre las personas.

El hermano de Isaac: caer en la pregunta fue mi apartado favorito. Es, quizá, la experiencia con la que más me sentí identificada: un niño buscando respuestas. Conforme avanzaba en mi lectura me convencía más de la lucidez y sensibilidad de Horvilleur, sin embargo, para este punto pone por escrito lo que yo venía sospechando: el lenguaje, las palabras son insuficiente para hablar de la muerte.

“En vez de contestar a la pregunta de un niño de luto, me pareció que debía contarle una historia”, dice Delphine al reconocer sus limitaciones para hablar sobre la muerte. Me parece que en esa frase se resume mi búsqueda constante al avanzar entre el papel y la tinta. Las respuestas que buscaba no son verdades absolutas, son historias.

Quienes narran cumplen un papel muy importante en la sociedad: difunden estas historias que nos ayudan a transitar por la vida. Los libros son, entonces, los instrumentos que las contienen y facilitan su propagación. He tenido que desaprender la idea de que “los libros dan respuestas” y cambiarla por mi nuevo aprendizaje: las historias acompañan. Al mismo tiempo que he comenzado a sumar mis lecturas como un gran mapa experiencias que facilitan los caminos y no como volúmenes que se acumulan en un estante.

He tenido que desaprender la idea de que “los libros dan respuestas” y cambiarla por mi nuevo aprendizaje: las historias acompañan

Así como una historia de instragram me vinculó con la narración de Horvilleur hasta llegar a MEOW, cuéntanos si tuviste un libro favorito, una historia que marcó tu 2022 o si te quedaste con ganas (aunque sean poquitas) de echarle un ojo a este libro.

¡Nos encantaría saber que piensas! Hagamos que esta red de historias y experiencias siga creciendo.