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Fashion
La última ciudad de Cancino, Otoño-invierno '25
06.06.2025
Por Olivia Meza de la Orta

¿Cómo hablar de México sin caer en la obviedad o la exotización? Francisco Cancino lo sabe mejor que nadie. Su trabajo como diseñador y director creativo se distingue por una mirada profunda y un entendimiento fino para atravesar, con hilo y aguja, los pensamientos, las creencias y la memoria colectiva, de forma sutil pero poderosa.

Con 012: La última ciudad, el diseñador chiapaneco cierra un ciclo de cuatro colecciones, una antología que lo ha llevado a descubrir su propio lenguaje dentro del idioma universal de la vestimenta.

Sin conocer aún el trasfondo de esta entrega, mis primeras impresiones apuntaban a algo claro: Cancino tiene una visión del futuro. Un futuro que comprende el pasado, que honra la huella social, los parteaguas que nos han edificado como sociedad mexicana.

Al adentrarme en su inspiración y procesos, descubrí que el movimiento estudiantil de 1968 fue un eje clave. A pesar de la tragedia que lo define, Cancino lo traduce casi en un acto meditativo: borda trajes sastre con cuentas de concha nácar, degrada el añil sobre conjuntos blancos con meticulosa intención.

Lo bélico de una masacre estudiantil se convierte, en sus manos, en un homenaje impecable: texturas imborrables, lienzos blancos que exponen las heridas sin esconderlas. Las cicatrices permanecen y se dejan ver en los ojillos de las pañoletas, en las firmas quemadas sobre camisas, en los textos bordados y en los fragmentos de sastrería que revelan lo crudo.

Es una exclamación. Y también, quizás, una reconciliación.

El estilismo integra elementos de un activewear futurista: gafas deportivas Oakley, calzado técnico de adidas y pañoletas stretch que recogen el cabello. Detalles que sitúan 012: La última ciudad en la contemporaneidad, donde el vestir responde a nuevas urgencias como el calentamiento global, la guerra y el replanteamiento profundo de nuestros ideales.