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Highlights
Aprendiendo a amar mejor con Torreblanca
27.11.2019
Por Sara Castañon
fotografía Raúl Vázquez

Retirarte de la industria musical para volver a ella unos años después, no es algo que muchos artistas se puedan dar el lujo de hacer. Y al volver sea con una canción tan cercana al corazón que prácticamente te desnuda ante el público, esa es la valentía con la que Torreblanca vuelve a los escenarios y a crear ese sonido experimental que siempre ha tenido.

Entre el estrés de los ensayos, Juan Manuel Torreblanca nos dio un momento para platicarnos sobre la osadía que ha vivido la banda mexicana nacida en el 2007 y puesta en pausa en el 2016. Para festejar que desde finales del año pasado han retomado la banda con una nueva estructura y el lanzamiento de su último single “Amar Mejor”, tendrán su regreso a los escenarios el próximo sábado 30 de noviembre en el foro del Centro Cultural Roberto Cantoral , al sur de la CDMX, junto con Renee Goust, cantautora y activista.

“Creo que uno a veces le da importancia a muchas tonterías en la vida cotidiana y uno de los regalos luminosos que sí trae la muerte era poder por un tiempo, por lo menos, sacudirme todas esas tonterías y enfocarme un poco más en lo esencial para mí”

 ¿Cómo fue tomar un descanso de Torreblanca?
Al inicio fue muy padre porque fue algo que surgió de un impulso muy sincero de tener una banda de amigos y que después se vuelva algo profesional, pero cuando se volvió algo profesional también se tornó más complejo; se desgastó y se llevó a un limite en el que teníamos que parar. Nos costó mucho trabajo soltar, pero finalmente lo hicimos. También pasó que mi papá estaba muy enfermo de cáncer, yo necesitaba detenerme para ir al hospital a acompañarlo en sus último meses. Realmente no habría querido hacer nada más, no habría querido estar en ningún otro lugar y después de eso pues también la experiencia de la muerte me cambió mis prioridades; me enseñó sobre lo que me importa y lo que no, porque creo que uno a veces le da importancia a muchas tonterías en la vida cotidiana y uno de los regalos luminosos que sí trae la muerte era poder por un tiempo, por lo menos, sacudirme todas esas tonterías y enfocarme un poco más en lo esencial para mí.

¿Dejaste de hacer música en ese tiempo?
En esos años, empecé a componer casi incontrolablemente canciones otra vez, me junté con personas a las que nunca había tenido tan cerca del proceso creativo y de pronto ya tenía casi 30 canciones sobre la mesa y era como ¿qué hago con esto? ¿Lo dejo en el cajón ahí para que se vaya oxidando o lo grabo y lo enseño? Y eso fue lo que me empujó a decir bueno vamos a intentarlo otra vez.

Cuéntanos de tu proceso creativo, ¿qué llega primero, las letras o la música?
Varía mucho, en el lugar y la manera. Hay veces que me siento en el piano o agarro el ukelele o el acordeón o el instrumento que se me atraviese y juego con él hasta que surge alguna progresión armónica que me gusta y me parezca interesante y fresca y me dé ganas de estarla tocando mucho tiempo. Es muy intuitivo e inconsciente, voy dejando que se me ocurran melodías que puedan interactuar con esta progresión armónica y a eso le pongo letra, a veces ese es el proceso. Otras veces se me ocurre primero la letra y después le pongo melodía y después la armonizo, varia mucho.

¿Cómo surge la escritura? ¿Tienes historias fijas que quieres contar o es un asunto más poético metafórico?
Yo creo que muchas veces parto de imágenes en un libro que leí, en una película que vi, en algo que me contaron, algo que vi en las noticias, una plática con mi abuela… hay una imagen que me hace ruido en la cabeza y para mí la composición o la creación de cualquier objeto artístico es una catarsis personal que me sirve como reflexión y como análisis; de alguna manera sacar de la nebulosa del inconsciente eso que me está haciendo ruido y ponerlo en el orden de una narrativa. Son más raros los casos que parten de algo más puntual como fue el caso de la canción de Cruz Diez, en colaboración con Jerson, el baterista. Ambos compartíamos mucho la admiración por Carlos Cruz Diez, el artista venezolano, y esa es una letra muy abstracta y de alguna manera lo único que cuestiona es si el arte abstracto es emotivo o no.

“El tema con Maricón era para mí una deuda personal, porque era pensar si ya he escrito tantas rolas, por qué no he hablado ni he escrito sobre ese tema que sin duda me afectó en la infancia-adolescencia y en la vida tan profundamente”

¿Sientes que Maricón fue un parteaguas en la carrera de Torreblanca?
Fue enorme, mucho más de lo que me imaginaba. El proceso de componer Maricón tomó años, años de estarse cocinando a fuego lento en el inconsciente. El tema con Maricón era para mí una deuda personal, porque era pensar si ya he escrito tantas rolas, por qué no he hablado ni he escrito sobre ese tema que sin duda me afectó en la infancia-adolescencia y en la vida tan profundamente. Cuando empecé a tener acercamientos con gente que sí es muy activista en su manera de vivir con la identidad de LGBTQ+ me di cuenta que ellos sí lo habían sufrido y lo seguían sufriendo mucho y por un lado yo sólo puedo hablar de mi situación, pero sí me queda claro que mi experiencia siendo un hombre cis de clase media es muy privilegiada en comparación con la de muchas otras manifestaciones y fue ahí cuando me decidí. Años atrás había compuesto con un amigo venezolano que se llama Ulises Hadjis canciones para el regreso de Daniela Romo y al final no agarraron ninguna, pero años después me acordé de una de ellas, la escuché y sentí la primer corazonada de “está es, esta es sobre la que puedo construir Maricón”. Le quité la letra que tenía y empecé a construirla sobre esa y no fue fácil, primero me salió una súper súper triste, exageradamente triste. Luego también salió una muy enojada, atacando un poco el prejuicio social y todos los movimientos que son muy terribles de fascismo y ultraderecha religiosa. Hasta la tercera vez que lo intenté empecé a lograr el tono que tiene ahorita, que es mucho más sencillo, pero tomó muchísimo esfuerzo llegar a eso.

¿Cómo recibió el público la canción?
Maricón fue puro amor, primero salió El Candado y dividió opiniones. Lo que sí es que es muy fuerte darse cuenta como es el lugar que tiene en el mundo de la música, te alejas y si hay una parte que cuando regresas sientes que el lugar que ya tenías se fue, el impactó lo sentí pequeño, eso fue de las cosas que sentí agridulces, pero muy rico en el feedback que recibí. Con Maricón sí fue más grande, fue yo creo que la primera vez que me sentí con muchas ganas de hacer promo porque tenía mucho que decir de la rola y todo el proceso. Y luego sacamos Amar Mejor que es igual otra cosa. El Candado es como una salsa trap, Maricón es disco pero con letras super cargadas, No Puedo Pedírtelo es rock y ahora Amar Mejor algo como Huapango o Son.

¿Estos sonidos mexicanos vienen en el próximo álbum?
Todo lo que viene del disco es igual de ecléctico, las rolas están muy diferentes entre sí. Viene una canción que se llama “si vuelve a llover” que siento que es una especie de ranchera de fogatada en Brasil, hay otras que son como de Cy Coleman Broadway de los 60, otras que son como francesas y hay de todo.

“Me pareció una bonita forma de pensar que si supiéramos caer bien, dejarnos ir hacia las torpezas, los errores, todo lo que tenemos de defectuoso por ser humanos y nos perdonáramos tal vez eso un poco más rápido, nos seria mas facial levantarnos”

¿Cuál es el sentimiento que sigue el álbum?
Creo que el sentimiento no está tanto en los ritmos, está en el trasfondo de las letras y el título es “Protocolo de Caídas”, que viene de una experiencia que tuve en el hospital. Cuando mi papá estaba ya al final todos los días nos traían a firmar un papel que se llamaba protocolo de caída que básicamente era para que tú dijeras “si se cae y se mata, no los vamos a demandar” pero también era una cosa ridícula porque estaba en la cama postrado y sedado y no había manera de que se cayera. Al final el título se me acabó haciendo poético y me pareció una bonita forma de pensar que si supiéramos caer bien, dejarnos ir hacia las torpezas, los errores, todo lo que tenemos de defectuoso por ser humanos y nos perdonáramos tal vez eso un poco más rápido, nos seria mas facial levantarnos. Es el título el que unifica todo porque muchas de las rolas tienen que ver con la muerte, con las despedidas, con los duelos y otras tienen que ver con el amor, lo que siento que necesitamos para darle sentido a esta vida que es complicada y al mundo.

¿Qué tanto seguirás retomando tu sexualidad en la música?
Me he sentido cercano a artistas LGBTQ+ y me gustaría sentirme mas cercano. Mi manera de hacerlo es que aunque no tenga tantas rolas que hablen expresamente de eso, traer ese repertorio a mi publico y compartir publico con Renee Goust, por ejemplo, que es completamente activista, feminista interseccional.

¿Con qué artista o artistas te encantaría colaborar?
Me gustaría colaborar con artistas que tienen proyectos mas queer y están en otros lados, como Ignacio Herbojo en Argentina o Brendan Maclean que es australiano o Bright Light Bright Light que es inglés.

Para terminar, tenemos una sección de preguntas y respuestas rápidas:

¿Tocar el piano o cantar? Cantar

¿Qué tipo de música escuchas cuando cocinas? Kate Bush

¿Qué comida es lo que mejor cocinas? Pan francés

¿Salir a bailar o reunión tranquila? Reunión tranquila

¿Qué tanto escuchas tu propia música? Cuando no grabo nada o cuando produzco muchísimo

Dinos una canción para bailar, una para llorar y una para ir en el coche: So into you de Roisin Murphy, Moments of pleasure de Kate Bush y todo Clics modernos de Charly García

Si tu música fuera una comida mexicana, ¿cuál sería? Mole

¿Cuál es tu obra de teatro favorita? Incendios con Karina Gidi en el papel protagónico, me hizo decir “quiero estar más cerca de ese mundo”

Para terminar, ¿cuál es tu signo zodiacal, te identificas con él? Virgo con ascendente virgo y, desafortunadamente, sí soy virgo.