Los últimos años han crecido las notas y artículos diciéndonos qué cambios podemos hacer en nuestra vida diaria para ayudar a que la crisis climática deje de empeorar tan rápido. Dejar de usar bolsas de plástico, comprar a granel, usar cepillos de dientes hechos de bambú y un largo etc., las opciones que tenemos hoy en día son cada vez más y más accesibles. ¿Pero qué está pasando en la industria de belleza?

Ilustración de Caseco Inc
Al inicio del año, una de nuestra cuentas favoritas @beautyofertasmx invitó a sus seguidoras a realizar el “Project Pan” y fui de interesarme por el proyecto a cuestionarme cómo la industria de belleza, y nuestro consumo, afecta al medio ambiente.
¿Qué es The Project Pan?
Platiqué con Ro, fundadora de BeautyOfertasMx, y ella nos explica que “un proyecto Pan tiene como finalidad motivarnos a usar las cosas que tenemos y a intentar acabárnoslas por varios motivos, por ejemplo, el de valorar el esfuerzo que nos cuesta ganar dinero para comprar dichos productos, el de evitar la compra innecesaria de cosas nuevas (con lo que también estaríamos poniendo nuestro granito de arena para reducir nuestra producción de basura), etc.”
https://www.instagram.com/p/B8W6XQmBYgG/
La dinámica consiste en llegar al “pan” que es el fondo de los productos de maquillaje, es decir terminarnos esa paleta de sombras, esa base, corrector, rímel, etc. Concentrarnos en terminar con los productos antes de seguir abriendo nuevos y que finalmente se desperdicien.
¿Qué está pasando con la contaminación y el maquillaje?
En la industria de belleza, donde están incluidos el maquillaje, el skin care y productos básicos de limpieza como el jabón, hay muchos problemas y van desde la parte social, como la reproducción del canon de belleza hegemónico, hasta la gigante huella de contaminación al medio ambiente que provocan los productos y las grandes empresas.
En 2018 se dio a conocer que la industria de belleza produce alrededor de 120 billones de unidades de empaque al año, y la mayor parte no es reciclable y aunque lo es, más del 50% de los consumidores no hacen nada para reciclar los contenedores o plásticos. Hay muy pocas marcas que se han preocupado por disminuir o eliminar el empaque excesivo y no reciclable de sus productos. Lush es una de las más grandes empresas en tener un plan de trabajo amigable con el medio ambiente, con su programa de devolución de los famosos frascos negros a cambio de descuentos o muestras gratis y la gran variedad de productos “desnudos”, como shampú y jabón para el cuerpo, que no vienen en ningún empaque más que una bolsita de papel reusable.
Y no sólo es eso, también hay un problema muy grande con los químicos que se usan en el maquillaje que terminan dañando no sólo nuestra piel, pero también contaminando el agua, incluidos los lagos, ríos y mares. O su contraparte, que es seguir la tendencia de usar productos naturales, lo cuál conlleva a su sobre explotación para dar abasto a la producción masiva de productos, ¿cómo logran satisfacerlo? Utilizando químicos y pesticidas dañinos para los insectos, como las abejas, y la flora. Por supuesto también está el problema de las pruebas en animales, que ha ido disminuyendo con el paso del tiempo desde que se instauró que todas las marcas manufactureras que no testean en animales incluyan en los productos el símbolo de un conejo, haciendo más fácil la distinción entre las marcas que siguen haciéndolo.
¿Cómo ayuda The Project Pan al planeta?
En palabras de Ro, “actualmente el mundo del maquillaje es como el nuevo fast fashion. Hay tantos lanzamientos nuevos cada semana, que es normal sentirnos presionadas a seguir comprando y acumulando maquillaje que, a fin de cuentas, se hace rancio y viejo sin que nos lo hayamos terminado. Siento que este tipo de iniciativas ayuda un montón a hacer consciencia sobre la forma en la que consumimos y fomenta que nuestras compras sean más responsables y mejor planeadas.”

Básicamente, nos ayuda a crear consciencia y a cuestionar las cosas. Sobre todo si estamos muy metidas en la industria del beauty, hay que darnos cuenta que no sólo la moda está matando al planeta, pero que también todos los frascos de skin care sin usar y sin terminarse que tenemos guardados en el baño, son parte del problema. Claro que la responsabilidad más grande le toca a las grandes empresas y a los gobiernos, quienes deben concentrarse en regular las producciones, pero también nos toca a nosotros informarnos sobre cómo nuestras compras afectan al planeta, qué podemos hacer para reciclar los empaques y más importante, qué marcas afectan menos y se preocupan más por el medio ambiente. Consumir local y a granel, reusar frascos de vidrio, acabarnos los productos antes de salir a comprar lo que esté de moda, son todas pequeñas acciones que necesitamos normalizar.
Hay mucho más de lo que necesitamos hablar, pero por ahora súmense con nosotras y con Ro al #BiuriPan.