Mi interés por Fashion Week es muy voyeurista. En algún momento de mi carrera profesional tuve la oportunidad de vivirlas muy de cerca: la adrenalina es excitante y son como micro universos sucediendo en tiempos finitos y efímeros. Ahora todo lo observo desde lejos, situándome como una persona que percibe las nuevas presentaciones sin ningún contexto tangible mas que el de la pantalla de su teléfono.
Nueva York tuvo dos momentos que –desde la distancia– me sacudieron tanto que aquí estoy escribiendo una ‘reseña’ que, mejor dicho, es mi oda personal a la década que me vio nacer pero también al momento en que nació en mí el querer tanto la ropa. Inesperadamente el trabajo de Stuart Vevers para Coach Otoño 2025 me despertó a esa niña interior: emocionada por lo que veía y con ganas de ponerme todo. El segundo fue el debut de Veronica Leoni para Calvin Klein Collection, un suspiro de liviandad y respeto por la sastrería y la pureza de las líneas en su más refinada expresión.
NY I LOVE YOU
Famosa por sus bolsos y abrigos de piel desde 1941, Coach ha tenido momentos disruptivos en su historia que tocan ahora sutilmente el espíritu de la marca: su aspecto más desenfadado sumado a la habilidad artesanal de quienes trabajan sus piezas. Hoy es una marca global con estándares industriales diferentes, y aunque no esté de acuerdo con ciertas prácticas, lo que visualmente entregaron para la temporada reveló todo lo que he amado en mi vida: el skateboarding, la música, rayonear mis tenis y jugar con mis accesorios para convertir mi expresión en un estilo que ha ido acompañándome con el tiempo. Incluso el ponerme pantalones a la cadera extra baggy.

Desde los duffle coats que me recuerdan a la película Submarine, los Soho sneakers que llevaban Cadillacs y venados; la joyería en formas de herramientas, las gafas de sol que dan la pista al Space Ale hasta el bolso Twin Pocket, inspirado en un diseño de archivo de Coach de 1968, TODO TIENE QUE VER.
En palabras de Vevers, “Existe una idea clara y cohesiva en cuanto a materiales, siluetas y estilo, que nace de saber quiénes somos y qué representamos”.







Effortless Romance
Podría decir que Veronica Leoni es mi crush a simple vista: mi presencia favorita del desfile Calvin Klein Collection Otoño 2025. Los hombros anchos denotan la seguridad de las mujeres en una silueta que en su momento creó el mítico diseñador Claude Montana, pero aquí la versión es angular, cuadrada y sofisticada en sus líneas. Un asomo a los 80 sería de pobre definición, así que me atrevo a calificarlo como un recuerdo de aquellas mujeres que admiraba y veía tan grandes en las reuniones familiares, en mi salón de clases, en los restaurantes, en las calles. Acompañar a mi mamá, observándola en estos trajes me daba un sentido de seguridad, de admiración, de volverme casi devota a ser una mujer así.




“Como diseñadora, siempre me he sentido profundamente inspirada por Calvin Klein, y la oportunidad de escribir este próximo capítulo para la marca es una oportunidad única”, afirmó Veronica Leoni, directora creativa de Calvin Klein Collection. “Mi objetivo es definir una expresión definitiva de minimalismo monumental y pureza a través de la forma y la artesanía, trayendo la visión original y el enfoque distintivo del Sr. Klein a la actualidad”.
Sastrería, mezclilla, zapatos oxford… columnas que sostienen el discurso de Leoni para atravesar dulcemente el corazón del mismo Calvin Klein, quien estuvo presente en la pasarela. La publicidad de que vivió en el imaginario colectivo de muchos y muchas se sembró como una referencia familiar que, al ver la colección, despierta cierta nostalgia mezclada con esperanza. Es que esos pantalones sastre con cárdigan, o los vestidos lánguidos con clarks, o los pocos jeans que se mostraron, eran como mini ventanas a historias tan ricas y diversas en la vida personal de cada quien.




Como un examen de matemáticas, esta colección fue diseñada con total equilibrio entre el juego, el archivo, lo moderno, el craft por la indumentaria… Vimos el frasco del iconico CK One cómo se reinventó en una versión de clutch; la compleja sastrería es ligera y se ahueca desde el interior para lograr una integridad sin peso. La ropa interior es un tema recurrente: una camiseta henley de punto, un vestido lencero fluido y la piel que se asoma en las siluetas holgadas. Es el romance sin esfuerzo de la moda, la liviandad a la que hoy aspiro. Solo hubo un vestido rojo, y así ya es suficiente.


Fotografías de Coach / Jason Lowrie/BFA.com
Fotografías de Calvin Klein cortesía de la marca