La mágica y hermosa laguna de Bacalar es el sitio donde reina la quietud y la historia. Aquí se encuentra Pucté, un complejo de descanso dirigido por dos mujeres mexicanas, Isa Arjona y Fer Castañeda, quienes han integrado la sustentabilidad y el consumo local en todo el proyecto.
A orilla de la laguna y algunos estromatolitos (los cuales no puedes tocar por su conservación y papel biológico fundamental en la laguna) se encuentra esta casa-hotel lejos del bullicio turístico, con un largo muelle que invita a sentarse para admirar los mejores amaneceres.
Pucté tiene cuatro recámaras súper acogedoras y minimalistas, todas con vista a la laguna. Cuentan con una cocina al aire libre para poder prepararte todas tus comidas; una sala y más abajo encontrarás camastros para tomar el sol y descansar, ya sea con tus amigues, pareja, familia y obvio tu perro.
Desde mi experiencia, pasar unos días en Pucté fue un punto de partida genial para descubrir Bacalar. A pocos metros queda el cenote Azul, donde puedes comer deliciosos mariscos en el restaurante, bucear y nadar (bajo tu propio riesgo). También puedes visitar el Fuerte de San Felipe y admirar unas vistas increíbles. Otro tip es tomar uno de los tours que te llevan por la laguna o practcacr sailing.
Asimismo, en el hotel nos dieron las mejores recomendaciones para ir a comer en el centro del pueblo: Enamora, Yerbabuena y Madre Masa son perfectos para desayunar y almorzar. Para comer y cenar recomiendo ampliamente Nixtamal, El Manatí y La Playita.
Las distancias entre el hotel y el centro son largas, pero el servicio de taxi que nos ofrecían en Pucté fue nuestra salvación (además de ser muy económico). Si te gusta correr, puedes animarte a correr por la carretera hasta el pueblo, es una ruta plana, segura y llena de vegetación. Son alrededor de 5 kms desde el hotel.
Anímate a descubrir un poco más de este hermoso país en un recinto de relajación, sin pretensiones y mucha buena onda. Puedes bookear aquí.
Fotografías cortesía de Pucté y Olivia Meza