Celebramos el Día Internacional de la Cerveza, pero en especial a las mujeres que nos dieron este elixir. Reivindicamos nuestro lugar en la historia chelera.
Hace más de 10 años, un grupo de hombres cerveceros decidieron impulsar esta fecha, eligieron el verano, porque es cuando más se antoja, pero también el auge que entonces crecía por la producción artesanal en 2007.
Es un poco irónico que esta fiesta la promovieran los hombres, todo bien, pero es importante recordar el origen de esta bebida, en especial porque se debe a la mujer: diosas, amas de casa, brujas… mujeres.
Un poco de historia
Hay varias leyendas y anécdotas, todas fascinantes, sobre la creación y origen, por ejemplo, la Diosa Ninkasi en Mesopotamia, “Dejaron la levadura y el pan a la intempérie y un día que llovió se hizo la magia de convertir eso en cerveza…”, nos contó Alejandra Villegas, co fundadora de la plataforma Beerhunters, donde por cierto hay dos mujeres de los cinco que conforman el proyecto.
Magia y cerveza
Nos platicó además que en la Edad Media las mujeres cerveceras, “usaban sombreros y un caldero para cocinar y, en las casas donde se vendía cerveza, tenían este pico puntiagudo y la escoba para señalar su hogar, entonces eran como brujas; después con toda la religión y más se les prohibió a las mujeres hacer cerveza y se le destinó solo a los monjes. Este es otro ejemplo de cómo se fue relegando a la mujer a lo largo de la historia de este ámbito”.
También hay que saber que en el siglo XI, la monja benedictina Hildegard von Bingen (mística, herbalista, santa, compositora, escritora, filósofa, científica, naturalista, médica, polímata, abadesa, líder monacal y profetisa alemana), comenzó a usar lúpulo para preservar el líquido y dar amargor; esto transformó la elaboración de la bebida. (Aquí pueden leer más)

Mother Louise, una cervecera de Oxford en los 1600
Y antes de continuar esta historia, les comparto un poema nórdico que se cree data del siglo V y cuya protagonista es una mujer cervecera, Gudrun.
“Grimhildr me trajo
una copa de bebida
amarga y helada
para que olvide mis penas:
la había glorificado
con la fuerza de las plegarias,
del frío mar lozano
y de la sangre del puerco ritual.
Singulares maleficios
contenía esa cerveza;
toda suerte de hierbas del bosque
y bellotas quemadas,
brasas del fogón,
entrañas sacrificiales,
hígado de puerco cocido
pues aplacaba el dolor”

Benedictina Hildegard von Bingen
¡Arriba el matriarcado chelero!
La sororidad es un concepto que no debemos perder de vista bajo ninguna circunstancia, eso se confirma pues gracias a este impulso de apoyo y reconocimiento, podemos ver distintos colectivos de mujeres que reclaman su lugar en el mundo cervecero, uno que hasta hace poco era acaparado por hombres.
“La cerveza y ejercer el oficio empodera a las mujeres, en los últimos años se ha tratado de re apropiarse de ese papel (…) durante mucho tiempo la gente no relacionaba a las mujeres con la cerveza, pero varios colectivas de chicas, no solo en México, sino en todo el mundo han ido reivindicando eso. Hacer cerveza es un papel importante para las mujeres, las empodera, de muestra que pueden hacer lo mismo y hasta mejor que los hombres”, menciona Ale Villegas.
La entrevistada nos citó algunas referencias nacionales, como Mujeres Catadoras de Cerveza o Adelitas Cerveceras; e internacionales, como Pink Boots Society, que surgió en Estados Unidos pero se ha replicado en diferentes lugares del mundo.

Beerhunters
Para conocer más sobre cómo las mujeres nos organizamos para reivindicarnos, nos acercamos a Jessica MI, de Adelitas Cerveceras, una colectiva de más de 190 participantes que promueven la profesionalización de las mujeres dentro de la industria cervecera así como la visualización de su trabajo dentro de la misma.
Las Adelitas dicen que la cerveza las empodera y se aprecia en sus distintas actividades que van de congresos especializados en cerveza en los que comparten conocimiento y su trabajo; en la difusión de sus proyectos cerveceros, y al generar comunidad o una red de apoyo (con talleres, cursos y de herramientas que sean de su utilidad para contribuir con su proceso aprendizaje y crecimiento). Además, al colaborar con grupos de mujeres de otros países y generar fraternidad.
Una manera importante de contribuir con este despertar femenino es comprando las etiquetas que ellas elaboran, “acercarse a los grupos, difundir los proyectos de las chicas, beber sus cervezas, recomendarlas, invitarlas a hablar sobre sus proyectos, a que hablen sobre cerveza, sobre lo que saben porque lo hacen bien, porque son profesionales que ejecutan bien su trabajo y que no se quede solo en el concepto de ser una mujer dentro de la industria cervecera, más bien contemplarnos como parte activa de (…) hombres y mujeres podemos hacer equipo y finalmente somos seres humanos haciendo lo que nos apasiona, sin distinciones”, concluye, Jessica MI.
“Las mujeres tomamos cerveza, nos gusta y podemos hacerla”, Alejandra Villegas
“El objetivo es lograr que no haya distinción en quién está
detrás de la cerveza, pues esta bebida es de todos y para todos, la cerveza no tiene género”, Jessica MI