keyboard_arrow_left
close
keyboard_arrow_right
Culture
El abrazo eterno de Wiñay, una serie de Paola Lambertin
19.11.2024
Por Olivia Meza de la Orta
fotografía Paola Lambertin

La fotógrafa boliviana radicada en México, Paola Lambertin, trae consigo entrañables historias que van desde la migración hasta la diversidad indígena de Mesoamérica. Su profunda conexión con sus raíces y sus experiencias personales la vuelven de un carácter único que en su persona pero también en su portafolio presume los roces con la moda y la publicidad también. Una personalidad única y disruptiva para los sistemas hegemónicos de estas industrias, si no me creen chequen su trabajo acá.

Wiñay –Destello de lo Divino– por Paola Lambertin es una obra que se inserta en la resistencia visual y simbólica frente a las estructuras coloniales que han moldeado las representaciones de las mujeres indígenas. Las fotos se vieron por primera vez en el Festival de fotografía Rencontres des Marrakech en Marruecos y en la Galería Echo Contemporary en Atlantla EE.UU.

En MEOW Magazine nos honra dar espacio a este tipo de proyectos.

En palabras de Lambertin, “Las deidades quechuas del territorio de Chuquisaca, nacidas y ficcionadas para esta serie, no son figuras de poder universal ni omnipotente; son libres, gozosas, diversas y profundamente ligadas a los ciclos de la naturaleza. Estas diosas desafían las narrativas occidentales que han reducido lo femenino a lo hegemónico, la blancura, el sacrificio y la pasividad, como lo ejemplifica la figura de la Virgen.”

Las diosas están entre nosotros y fueron capturadas en Villa Serrano, Chuquisaca, uno de los nueve departamentos que conforma a Bolivia. El propósito de esta serie fue responder al extractivismo que comúnmente y actualmente se observa en diversos formatos y medios respecto a la preservación de la cosmovisión, tradiciones y la vestimenta tradicional de los pueblos indígenas. “El uso de los colores plateado, dorado y rojo en estas deidades refleja una relación íntima con los ciclos naturales, una comunión con la tierra y el cosmos, en contraposición a la lógica extractivista impuesta por la colonia”, menciona Paola.

El gesto artístico es también profundamente personal. Al fotografiarse en Villa Serrano y Chuquisaca, el pueblo y territorio de mis ancestros, la obra confronta las tensiones y contradicciones de mi historia familiar marcada por la negación de las raíces indígenas. “Wiñay”, que en quechua significa “eterno”, es así un abrazo a lo que ha sido negado, un reconocimiento de lo que siempre ha estado allí y seguirá.

Paola Lambertín

La serie evoca nuevas formas de representar este futuro andino basándose en un concepto de integración, pero también de la pluralidad femenina libre de los estereotipos coloniales y patriarcales.

Fotografías cortesía de la artista