¿Quién documenta los acontecimientos del presente, sin palabras, a través de la imagen, como un mensaje al futuro de los que no están todavía para verlo? Una de las largas interrogantes que surge cuando escribo, pero también al encontrarme en redes o en los medios con el trabajo de mujeres fotoperiodistas mexicanas; desde el agradecimiento y la admiración, a continuación, una breve charla con dos de ellas: Sashenka Gutiérrez y Sonia Madrigal.
Ambas tienen por lo menos 10 años haciendo de la cámara además de su elemento, una parte del cuerpo, su mirada.
El fotoperiodismo es feminista
“Yo tengo una ética para trabajar: como yo me conduzco también conduzco mi herramienta de trabajo que es mi cámara”,
Sashenka Gutiérrez
También nos platica que lo que una foto tiene que decir es el “Quién, cómo, cuándo y con quién. Una buena técnica, buena iluminación, el personaje en acción. Que sea una foto con fuerza, que te transmita algo, ya sea enojo, tristeza, que te cuente, que te resuma en ese pequeño cuadrito qué es lo que está pasando”.
Sashenka es una de las fotoperiodistas que nos ha llevado con sus ojos a estar más cerca de las protestas feministas, pero ¿Qué tan importante se ha convertido la fotografía para apoyar al feminismo?
“Nosotras no somos voz de nadie, mucho menos del feminismo. Lo que creo, es que sí ha sido importante que nosotras hemos puesto en agenda eso de que se dé cobertura a todas estas protestas feministas; que a su vez, hablo por mí, ha sido muy emocionante, muy enriquecedor, porque yo ignoraba muchas cosas y me ha permitido darme cuenta. He aprendido de todo esto. También es importante decir que el feminismo le ha dado visibilidad al fotoperiodismo, al menos en Ciudad de México. Todas las colectivas feministas han pedido que las protestas o los actos que hagan sean hechas por mujeres, porque se han dado cuenta también que en los medios de comunicación no hay espacio para las compañeras”.
Sashenka Gutiérrez
Y aunque el trabajo puede ser complejo y lleno de emociones que van de la tristeza, impotencia, enojo o la alegría, Sashe nos comparte ciertos valores que como fotoperiodistas hay que tener presentes: “La gente confía en ti y tienes que regresarles esa confianza. No mintiendo con tus imágenes, no manipular la escena, no posar imágenes. Estar dispuesto a dejar un montón de cosas. Tener mucha empatía por lo que está sucediendo. Cuando me toca hacer historias muy fuertes o tristes, siempre me imagino que esas personas que estoy retratando podrían ser alguien de mi familia”.
La lente desde la periferia
Por otro lado, pero en el mismo círculo sororo está Sonia Madrigal, originaria de Ciudad Nezahualcóyotl (importante de mencionar), programadora web de profesión, bióloga trunca y fotoperiodista, enfocada desde hace tiempo en la fotografía documental.
“Estoy en la periferia de todo”, nos dice para explicar que las personas somos más allá de lo que nos dedicamos, que lo que hacemos o hicimos en un pasado ayuda para ampliar el punto de vista.
Y justo así comenzó, cuando estudiaba foto en Ciudad Universitaria y tuvo que comenzar un proyecto; al pertenecer a una población flotante que se traslada todos los días a la escuela, se alejó de la vida cotidiana en Neza, pero con sus fotos, regresó, “prácticamente no tenía mucha noción de qué hablar, siempre estaba en trayectos”, en especial en el transporte público.
“Fue así como empecé a desarrollar proyectos y abordar temáticas, a partir de lo que a mí me atraviesa (…) Cuestiones que me provocaran a mí. Ser mujer en un territorio como Neza. No esperaba que le pudiera interesarle a alguien lo que yo estaba viendo. Era más para mí, para entender estas dinámicas de lo que yo me había encontrado”.
Además de que siempre hay cierto prejuicio sobre Ciudad Neza que se reduce a un territorio violento, Sonia regresó la mirada para empezar indagar a partir de la calle.
Con el tiempo y en perspectiva Sonia se dio cuenta que hay situaciones e ideas que tenía desde niña: las calles, situaciones específicas, aunque antes no estaba encauzada.
Su trabajo, dice “mucho tiene que ver con una visión de una niña viendo situaciones que la motivaban”. Además, de sus fotos declaran que no es tan purista, “esa desfachatez de mi parte me encanta. No podría caminar derecho y sin caerme. Eso se ve en la imagen”.
“Cuando vas aprendiendo fotografía, es mucho desde la cuestión hegemónica. Que el fotógrafo debe pasar desapercibido, en una cuestión heroica por eso descartaba ciertas fotos… pero me he dado cuenta de que tengo una mirada distinta. El propio género te va marcando una manera de ver. Yo parto de lo conocido, y de hablar de lo cercano. Es importante que las mujeres hablemos de nuestras historias y no hay una sola”, comenta Sonia.
Aunque en la práctica Sonia es muy solitaria, nos platica que eso no resta que se pueda colectivizar, “me quedó claro desde que empecé a bordar cuestiones sobre violencia feminicida y que entendía que esto tenía que ir acompañado. Aunque yo tengo las series, en el camino me encontré con mujeres de muchos saberes. Vamos juntas e intercambiamos conocimientos. De alguna manera entre nosotras la foto es el medio para seguir hablando, nombrándonos. Estar desde muchos medios alzando la voz. El ayudarnos unas a otras a qué nuestros nombres emerjan. Es muy evidente cuando te juntas con más mujeres: trabajamos mucho”
“Esa posibilidad de nosotras documentar y generar una memoria visual y una genealogía de la lucha (…) es importante el fotoperiodismo, pero también la documentación alterna que se está haciendo por parte de mujeres que sin ser fotógrafas ni periodistas están documentando determinados hechos”
Sonia Madrigal
Las sorpresas de la foto
Los disparos que Sashe y Sonia pueden hacer son incontables y con prisa, pero las imágenes que descubren al ver el álbum que lograron muchas veces las sorprenden.
“Me gusta, que me sorprenda de elementos que yo no noté al tomar la foto. Esos detalles hacen la diferencia entre que elijas una; por ejemplo, Un payaso con los ojos cerrados que fotografía en el transporte. Cuando la vi me di cuenta que había unos ojos atrás. Parecería un error, pero a mi me dicen mucho”, comparte Sonia.
Otras mujeres que tener en la mira
“Desde las que abrieron camino y fueron las primeras mujeres fotoperiodistas, como Elsa Medina, Ángeles Torrejón, Cristina Rodríguez. Que son súper talentosas, súper buenas compañeras, que nos han acompañado y muchas nos siguen acompañado en la calle. Hasta Mónica González, su trabajo me vuela la cabeza. Cómo está terminando un trabajo para entrar a otro. Es el claro ejemplo de que para ser un buen fotoperiodista hay que ser una buena persona (…) En este oficio yo las admiro a todas”, menciona Sashe.
Y Sonia, además de fotógrafas nos compartió perfiles de mujeres y colectivas que están haciendo documentación con enfoque feminista:
Producciones y Milagros
Nos queremos vivas Neza
Mónica C. Cruz
Paste up Morras
Todas las imágenes son cortesía de las fotoperiodistas entrevistadas para MEOW Magazine
Entrevistas y texto por La Srita. Etcétera