Iniciamos el mes de noviembre en la 5ta edición del Festival Hipnosis en el Parque Bicentenario y junto a cerca de 10 mil personas fuimos testigos de una noche llena de muchas sorpresas musicales, psicodelia, garage rock y adrenalina.
Desde su apertura a mediodía, ya estábamos formados para entrar al parque y disfrutar de las propuestas nacionales que se encargarían de abrir ambos escenarios: El Universo y Parque de Cometas, que con tan solo 30 minutos por banda lograron ganarse el cariño de centenares de personas que ya se encontraban en el lugar.
Tal vez la primer sorpresa del día fuera ver que los escenarios estaban juntos, al estilo de festivales como NRMAL y el desaparecido ROXY, por lo que no tendríamos que correr entre escenarios…
Mientras el calor aumentaba y la gente seguía llegando, tocó el turno de los australianos The Lazy Eyes, que desde sus primeras notas ya contaban con una buena cantidad de gente reunida en el escenario y con canciones como “The Island”, “Cheese Love Song” y un gran cover a “More Than a Woman” de los Bee Gees, pusieron a todo el mundo a bailar.
La tecnología no tiene honor
Después de una pequeño retraso de 15 min con Tempers por problemas con el audio, los horarios ya no serían los indicados en los sitios oficiales y tanto Still Corners, Psychedelic Porn Crumpets y Babe Rainbow se verían obligados a acortar sus setlists para tratar de retomar los horarios establecidos. No obstante, el poner ambos escenarios juntos jugó a favor del público pues a esa hora no tenían que moverse, ni cambiar su itinerario, pero sí impactó a los fotógrafos que tenían que estar literalmente cazando el final de cada presentación para correr a la zona de prensa y poder entrar a tomar fotos de las siguientes bandas.
Pero aún con estos atrasos, las presentaciones de Still Corners y Psychedelic Porn Crumpets nos dejaron con un gran sabor de boca a todos los asistentes. Los primeros con una ola de Synth Pop, y los segundos con una energía imparable que provocó las primeras polvaderas del festival gracias al pogo que se formó entre la multitud. Ambas bandas fueron la segunda gran sorpresa de Hipnosis.
Así pasaron prácticamente 3 horas hasta que, con la llegada de OSEES, se retomarían los horarios normales, pero las fallas de sonido continuarían en el escenario izquierdo, lo cual hizo que no se escuchara la voz de su vocalista John Dwyer sino hasta su tercera canción “Scum Show”.
Desde el inicio Dwyer y su banda de California dieron cátedra de cómo se debe tocar de forma potente, ruidosa, sin concesiones de ningún tipo. Puro y simple garage rock que volvió frenética a la gente y nos recordó la esencia del primer Hipnosis en 2017 con Ty Segall, The Coathangers y Black Rebel Motorcycle Club. Canciones como “Rogue Plant”, “Encrypted Bounce” y “The Dream” fueron sin duda espectaculares para iniciar un buen slam.
El momento nostálgico
Ya con el atardecer a nuestras espaldas y la imagen de la luna asomándose sobre ambos escenarios, fue el turno de escuchar a Kikagaku Moyo, que regresaron a Hipnosis luego de su magnífica presentación en 2019 y ahora se despiden para siempre del mundo para seguir su gira del adiós exclusivamente en Japón.
La banda fue impecable; canciones como “Zo No Senaka”, un cover a “Streets Of Calcuta” de Amanda Shankar, “Green Sugar” y la clásica “Dripping Sun” se ganaron de inmediato al público, que en todo momento manifestó su amor por cierta hierba verde, mientras los visuales de la banda nos sumergían en un viaje psicodélico al puro estilo de la nación del sol naciente.
Mismo caso con The Black Angels y Moon Duo, que con viajes de psy-rock llenarían todo el festival de un humo mágico que permanecería ahí por un buen rato. Los primeros con un sonido potente y sucio, muy al estilo de las bandas de Austin, que nos reventaron los oídos con rolas como “Entrance Song”, “The River” y “Firefly”; mientras que el dúo de San Francisco se lució en el escenario derecho con una presentación muy original dentro de una estructura de mallas multicolores que invitaban a sumergirse en las capas de un sonido hipnótico, mismo que fue todo un viaje de psicodelia pura para los amantes del género.
Por otro lado, Chicano Batman haría lo propio poniendo a todos a bailar con su sonido vintage que fusiona el rock californiano con sonidos tropicales, al final sorprendieron al público con un cover a “Paranoid” de Black Sabbath.
Luego vendrían los actos más esperados de la noche y con un festival totalmente lleno arrancó Primus en punto de las 22:30 hrs, con un sonido increíble que de inmediato hizo brincar a todos los asistentes de ambos escenarios. “Those damned blue-collar tweekers” y “Wynona’s Big Brown Beaver” abrieron el show y dejaron muy claro que en los primeros 40 minutos nadie dejaría de gritar de emoción con rolas como “Frizzle Fry”, “Jerry was a race car driver” y, por supuesto, “My name is Mud”, con la que todo el mundo perdió la cabeza al escuchar los tremendos solos de bajo de Les Claypool.
Después se escucharía a Les decir “This was a little from Primus, this is not…” para comenzar la segunda mitad de su acto tocando todo el ‘A Farewell to Kings’ de Rush de manera perfecta y terminar como los grandes con “Tommy the Cat”, no sin antes prometer que volverían a la CDMX.
The Midnight Show
Finalmente la hora había llegado, The Mars Volta regresaba a México después de 10 años de no tocar en Latinoamérica y ¡oh, sorpresa! su bajista fundadora Eva Gardner estaba de vuelta con la banda, además de tener una nueva baterista, Linda-Philomène Tsoungui, que dejaron boquiabiertos a todos los fans gracias a la virtuosidad de ambas y junto a Cedric, Omar, Marcel y Leo Genovese, nos volaron la cabeza de principio a fin con 11 rolas llenas de emotividad, furia, improvisación e intensidad que no se habían visto en la banda desde su última gira en 2008. Tal vez lo único reprochable fue que no permitieron fotógrafos durante su presentación, por lo que en ese momento fue imposible llegar hasta adelante y tomar buenas fotos.
Desde la delicada y oscura “Vicarius Atonement”, se notaba la química de la banda que llegaba inspirada y sorprendida por la cantidad de gente reunida a la medianoche. De inmediato llegaron los gritos y la intensidad se elevó con “Roulette Dares (The Haunt Of)” y “Eriatarka”, dos grandes clásicos del ‘De-loused in the Comatorium’ que nos llevaron de vuelta a nuestra juventud y nos hicieron brincar y gritar como locos, después vendría su nuevo sencillo “Graveyard love” que suena bastante bien en vivo, seguido por “L’Via L’Viaquez”, “Cygnus… Vismund Cygnus” y “The Widow”, todas pertenecientes al lisérgico y visceral ‘Frances The Mute’.
El silencio volvió a romperse intempestivamente con “Cicatriz ESP”, que llegó casi a los 15 mins por los increíbles jams de la banda y justo cuando todos creíamos que llegaba el final del concierto, se escucharon las primeras notas de “Son et Lumiere” que daría entrada a la última rola de la noche: “Intertiatic ESP”, para dejarnos en un estado hipnótico, rogando por más música de una banda que lo dio todo en el escenario. Se trata de uno de los mejores regresos del siglo XXI y tal vez el mejor line up de la banda desde aquel lejano 2003.
Con broche de oro
Al final, la banda colombiana Romperayo se encargaría de despedir a todos los asistentes con un poco de música tropical para sacudirse el frío que se hacía presente cerca de las 2:00 am, no sin antes ser testigos de la última sorpresa del festival, el primer acto confirmado para la sexta edición de Hipnosis: Melody’s Echo Chamber, con lo que definitivamente estaremos de regreso el próximo año para ser testigos de uno de los mejores festivales de música de nuestro país.
¡Larga vida al Hipnosis!