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Fashion
La guía textil de Los Altos de Chiapas (parte I)
16.09.2021
Por Emiliano Villalba

En alianza con Viernes Tradicional, programa de NGOImpacto te compartimos una guía sobre los tejidos tradicionales de San Andrés Larraínzar, San Juan Cancun, San Juan Chamula y Zinacantán.

En las montañas de Chiapas puedes tocar las nubes con las manos; sus carreteras, sus ríos y su bosque son parte de un territorio diverso, lleno de historias y culturas compuesto por 83 localidades rurales y 19 comunidades originarias. Las lenguas tseltal y tsotsil de origen maya, constituyen su visión de vida base y la indumentaria construye una identidad que todos los días se define y hace que mujeres y hombres se reconozcan como individuos pertenecientes al gran territorio de Los Altos.

El comercio, la ganadería y la agricultura son las principales actividades de esta zona chiapaneca, no obstante, las acciones son definidas por la cultura y sus costumbres y entre ellas se encuentra el tejido.

Hilos de historia y modernidad

Como si fuera un lienzo en blanco, las mujeres que tejen transmiten su herencia y sus pensamientos en el telar de cintura y crean con ello las prendas que las visten a ellas y a sus familias. Se trata de una actividad con cientos de años de historia y que ha sido transmitida de generación en generación.

Hoy el tejido en la región Altos de Chiapas ha estado en constante evolución. No se puede negar que en algunas comunidades el tejido ha pasado a ser una actividad poco buscada por mujeres jóvenes, quienes prefieren dedicarse al campo o a la casa. Sin embargo, aún sigue habiendo guardianas del textil que actualmente enseñan no solo a mujeres jóvenes, sino a hombres jóvenes que han encontrado en el tejido un lugar seguro para ser en libertad.

Gracias a estas personas, hoy el tejido es una de las principales actividades que generan ingresos económicos a las familias y que además preservan y mantienen una identidad ancestral transmitida de generación en generación. Así, el textil no solo habla y comunica, sino que brinda una plataforma de desarrollo individual y colectiva que posiciona a quien lo usa en el mundo.

Huipil de San Juan Cancuc

Guía del huipil chiapaneco

A continuación hacemos una breve guía para identificar, valorar, visibilizar y reconocer  desde el respeto algunos de los textiles de Los Altos de Chiapas y así sensibilizar a las personas que, cuando compren artesanal, reconozcan que el origen de las prendas cuenta y cuenta mucho.

San Andrés Larrainzar

A 25 kilómetros de San Cristóbal de Las Casas se encuentra San Andrés Larráinzar. Su herencia maya es reconocible por sus increíbles huipiles que cubren el cuerpo de las mujeres originarias que se dedican al campo, a la casa y al tejido.


El huipil de San Andrés Larráinzar es quizás uno de los más elaborados y sofisticados en temas de construcción. En esta pieza no solo se trazan los días, los años y los puntos cardinales, sino que se depositan los sueños y visiones de la mujer tejedora.

Se tienen dos formas de uso: el ceremonial y el del diario. El huipil ceremonial se usa en fiestas y es usado por mujeres con cargos sociales altos. Asimismo, el huipil de diario es usado por la gran mayoría de mujeres y su confección varía según la mujer. Ambas prendas tardan meses en ser elaboradas y normalmente están hechas de algodón aunque, para añadir innovación, las mujeres han encontrado en los hilos de colores mercerizados una forma de expresión.

La iconografía presente en estos textiles es la herencia maya de ancestras tejedoras que vivieron en en esta zona de México hace más de 500 años, por lo que los brocados y el diseño de los mismos son transmitidos a lo largo de generaciones de abuelas a nietas o de madres a hijas y se sabe que algunas familias tienen “muestras” donde están los diseños e iconografía para ser enseñadas más adelante.

El rombo, las flores o la espiral son la iconografía más común y, gracias a un proceso de intercambio de saberes, hoy las mujeres han encontrado en el color su forma de innovación, pues han incluido los tonos morado, azul y algunos más brillantes y fosforescentes para darles un toque único y personal a su indumentaria, sin dejar de lado su herencia cultural. 

San Juan Cancuc

A 43 kilómetros de San Cristóbal de Las Casas se encuentra San Juan Cancuc, una población rodeada de vegetación y de las montañas. En la comunidad se han generado piezas textiles exquisitas que demuestran un intercambio con otras comunidades como Oxchuc (según Walter Morris, en Guía Textil de Los Altos de Chiapas).

No obstante, los textiles de San Juan Cancuc se destacan por sus brocados tejidos a mano y que tanto hombres como mujeres comparten. En el Municipio de Cancuc se observan muchos colores pero los más populares son los rosas, azules y morados. Además, los huipiles de Cancuc son más largos y llegan por debajo de las rodillas. Usualmente se complementa con un enredo o falda que va por debajo del huipil. Este enredo es de los más comunes en todos los Altos y tienen características únicas como bordado a mano con flores como elemento principal decorativo.

Cada lienzo de los textiles de San Juan Cancuc cuenta la historia de la artesana y sus colores imprimen la personalidad de cada mujer que lo hace.  Lo más común de este huipil es su construcción en tres lienzos que pueden ir tejidos en telar de cintura y que gracias a la maestría de la técnica de brocado, se generan una fila de colores donde la urdimbre y la trama entretejen los colores para lograr un tablero multicolor único, según los gustos de la tejedora.

San Juan Chamula

A tan solo 11 kilómetros de San Cristóbal de Las Casas, se encuentra Chamula. La blusa de  esta localidad ha tenido una increíble evolución; la que actualmente se conoce lleva usándose un poco más de 30 años, sin embargo, anteriormente las mujeres vestían una blusa blanca con bordados simples en el cuello y las mangas.

Las blusas contemporáneas están confeccionadas a máquina y se utiliza tela cristal o seda brillosa en colores como azul, rosa, amarillo, rojo o café. Pueden tener plisados sencillos en la parte posterior o estar completamente lisas. Actualmente hay familias que se dedican a confeccionar la blusa sin bordado para que cada mujer la personalice a su modo y también venden prendas con bordados hechos pero estos últimos son realizados a máquina.

En cuanto a la pechera, una mujer tsotsil puede tardar entre 15 días y un mes en completar toda el área, dependiendo de la dificultad de su puntada y de cuánto tiempo le dedique al día realizarlo. Las blusas más modernas, que poseen hilos brillantes, aplicaciones de chaquiras o cadenitas más finas pueden tardar hasta un mes y medio de elaboración. Las tiras que vemos en las mangas y el cuello están bordadas a máquina siendo la técnica más común entre las mujeres tsotsiles.

Si bien la confección de la prenda está hecha a máquina, los bordados del cuello y pechera están bordados a mano. Dentro de la innovación textil, las mujeres tsotsiles han integrado el bordado rococó así como aplicaciones de chaquiras, lentejuelas e hilos brillantes. Asimismo, durante estos últimos años se ha preferido el color rojo y telas más sedosas, aunque también se presenta en el diseño de las pecheras, en la aplicación de las tiras que ahora pueden ser estampadas o no, etc.

Tradicionalmente, la pechera de la blusa funge como un lienzo donde las mujeres representan su entorno. Dependiendo de la puntada es lo que representa: bordados circulares significan el sol, bordados semicirculares significan los hongos; las puntadas de cadenilla ancha representan las culebras; que eran las mascotas de los ángeles que estaban en los cerros; los bordados en el cuello representan las milpas.

Zinacantán

Las flores de Zinacantán (que está ubicado a 10 kilómetros de San Cristóbal de Las Casas), además de ser parte de la economía local de este municipio, forman parte indudable de la identidad y la producción textil de las mujeres y hombres que habitan esta región.

Los textiles de Zinacantán han variado durante los años, y se han convertido en piezas con temporalidad que responden a la industria de la moda. Los cambios no solo en colores y técnicas, sino en bordados y la adición de materiales, son respuesta a las tendencias locales que se generan a partir de los festivales y días festivos, haciendo que las mujeres bordadoras y tejedoras produzcan ropa nueva en cada ocasión, avivando la esencia del cambio, de originalidad y de innovación.

A pesar de que existen textiles de Zinacantán que responden a lo tradicional y que se enfocan en técnicas ancestrales como el punto de cruz y el brocado, las mujeres de este municipio buscan la innovación. Por ello, desde hace al menos 40 años, los textiles de Zinacantán han evolucionado y han impreso no solo los colores de la zona sino también su producción floral que a finales de la década de los sesenta hizo que la economía prosperara en el lugar (Según Walter Morris Jr. en la Guía de los Textiles de Los Altos de Chiapas).

Según Xunka Hernández, artesana de Zinacantán, corresponsal e intérprete en NGOimpacto, la blusa de Zinacantán es una pieza importante para la mujer de la región. Con el tiempo ha ido cambiando pues hace muchos años era una blusa con tela blanca con un bordado de cadena de color rosa; en la década de los sesenta y setenta, gracias a la producción comercial de flores en el municipio, las mujeres empezaron a bordar flores como las margaritas. Fue a partir del 2008 que empezamos a bordar más flores y a usar telas de colores.

Asimismo, Xunka comparte que, “actualmente, la blusa floreada es parte de nuestra vestimenta del diario y la usamos con nuestro traje que combinamos con la falda, el chal y la faja. Según la tonalidad de la blusa y de los bordados, elegimos el color de nuestra faja. Algunas mujeres eligen el tono del bordado y el tamaño de los bordados y según esto, se ve más elegante. Esto nos hace sentirnos orgullosas”.

Fuentes 

Investigación de Viernes Tradicional, movimiento de NGOimpacto que valoriza, difunde y sensibiliza sobre el uso del textil originario y el trabajo de artesanxs mexicanxs. 

Guía Textil de Los Altos de Chiapas,  Walter F. Morris Jr. 

Entrevistas a Xunka Hernández de la comunidad de Zinacantán, Cristina Patishtán de la comunidad de San Juan Chamula y Francisca Pérez Gómez de la Comunidad de San Andrés Larráinzar.